Epílogo

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Epílogo

—Para afinar… No solo fue un error de la corporación Masrani al crear esta criatura, también fue un error de InGen al intentar semejante monomanía de capturar o neutralizar al animal con otro de los proyectos, con sinceridad su señoría, a menudo se cometen errores humanos que llevan consigo las consecuencias, fueron cosas que pudieron evitarse. Podría decir con todo respeto que fue algo que se escapo de las manos en todo momento y que hubieron decisiones mal acertadas. Y en situaciones de peligro cualquier opción no es siempre la correcta.

Muldoon se levantó del estrado, donde tenía al menos 1 hora dando el testimonio de lo ocurrido en el parque, lo cual desde hace un par de meses el juicio había comenzado. Frente a él había una gama de abogados en la defensa muchos venían en representación de inversionistas, otros venían en representación de familiares de trabajadores o trabajadores perjudicados en el incidente, y por supuesto el estado de Costa Rica.

Muldoon por otra parte formaba parte de los testigos que estaban de la defensa, y estaban los abogados de los propietarios de la corporación Masrani e INGEN.

Era todo un lío.

En si buscaban a un culpable por lo ocurrido, buscaban a alguien a quien enterrar en la cárcel, pero habían demasiados cabos sueltos que por decisión de muchos prefirieron dejarlo así pero él iría con la verdad por delante y declararía con suma sinceridad.  

El rubio bajo las pequeñas escalerillas de madera y se dirigió a los asientos del publico donde Claire, quien ahora formaba parte de su vida como su pareja le dedicó una sonrisa y tendió su mano para confortarlo, por supuesto la que no ocupaba aquella molesta férula cubierta con una venda de color azul en el brazo donde había sufrido la fractura. Se sentó a su lado y le dio media sonrisa.
—Señoría —habló uno de los abogados —, quisiera llamar al estrado al Sargento Owen Grady de la marina de los estados unidos, para dar su declaración y que responda a algunas preguntas sobre lo acontecido.

Al lado de la pareja Owen se encontraba, miro a sus amigos y con rostro serio y portando su uniforme de gala color beige, quitó su gorra y la sostuvo con su brazo, caminó al estrado con aquella marcha ordenada y tomó asiento en el banquillo de madera quedando frente a todos y a un lado del juez.
Todos permanecían en silencio, y él sin duda estaba nervioso por lo acontecido; pero no perdería tiempo para decir la verdad.
Pero ella le hacía tanta falta. 
El fiscal se acercó a él y coloco la biblia empastada negra y posó su mano izquierda sobre ella y alzó la derecha.
— ¿Jura usted decir la verdad y nada más que la verdad ante dios y este jurado?  —pronunció el oficial.
—Sí, lo juro —respondió Owen.

Uno de los abogados llamado Maxwell Silverman se levantó de su asiento y con suspicacia, acomodaba su traje y caminaba a donde Owen estaba.
—Sargento Grady, muy buenas tardes —saludó el colegiado.
—Buenas tardes —contestó el militar.
— ¿Podría responder algunas preguntas para mí?
—No hay ningún problema.
—Ok —dijo con ánimo —, Sargento Owen Grady, miembro de la marina estadounidense desde hace mas de 10 años, sirve para las fuerzas especiales de Camp Pendleton en California, es licenciado en ciencias biológicas y un experto nato en táctica ¿Cierto?
—Sí, así es señor.
—También se le conceden habilidades en el entrenamiento animal de caninos en la base donde operaba ¿no?
—Sí.
— ¿Usted fue contratado por el señor Simon Masrani para dirigir uno de sus proyectos en la isla Nublar?
—Sí, él señor Masrani que en paz descanse fue personalmente a conocerme, no sin antes por medio de Víctor Hoskins quien contacto al General de la base donde yo operaba me contactara para ponerme en aviso que el señor Simon Masrani estaba interesado en mí y en mis conocimientos.
— ¿Supo usted desde un principio lo que debía realizar en dicho trabajo?
—No, solo se me dijo que me asignarían un proyecto y que era en parte una tarea que si tenía éxito se acoplaría a las funciones de la marina y que era meramente un objeto de estudio y que yo era el indicado para realizarlo…

Juntos por SupervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora