Ella lloraba en una esquina de la habitación. Pensando que hizo ella, para ser tratada así por el.
—¡Deja de llorar de una maldita vez!— Tyler, le gritó desde otro lado de la habitación. Con las manos en su cabeza frustrado— Sabia que tenía que matarte.
—Pero ¿Porque no lo hiciste? Hubiese sido lo mejor para ambos— la chica se levantó de donde está sentada. Camino hacia el con la intenciones de enfrentarlo.
—Me bajas la voz. ¡Puta de mierda!— el puso su mano alrededor del dedicado cuello de la chica— Aún puedo hacerlo.
—Hazlo de una puta vez— dijo la chica mientras escupía en la cara del chico— Eres un maricón.
—¡Que puto asco! Sabías que el sida se puede pegar— tiro a la chica al suelo. Sin ni un poco de suavidad— ¡Perra!
—Mmmm— la chica se quejó en el suelo. Tocó su cabeza la cual salía un líquido rojo de ella— ¡Eres un animal, Tyler!
—Voy a salir. ¡Limpias tu sucia sangré!— se fue dando un gran portazo.
La chica se largó ha llorar votada en el suelo. Sabía que no podía hacer nada. Estaba atada a él.
Se quedó pensando lo feliz que era con su familia, pero igualmente la habian vendido a uno de los mafiosos más grande del mundo.
El cual la tiene encerrada en un pequeño departamento, con la única salida al mundo exterior, es una pequeña ventana.
Se paró para tomar una silla y ponerla al lado de la pared, donde se encontraba la ventana. Se subió a ella, viendo el mundo exterior.
No es la primera vez que lo hace, muchas veces ve a la gente pasar, aunque vive en un departamento, esta solamente en el piso dos.
Personas felices pasaban por su vista, parejas con sus hijos sonriendo de oreja a oreja. Tal como era su vida antes.
Tal vez. Pudo haber tenido esa vida, con la persona que más amaba en el mundo. Juro haber visto su auto el otro día. Pero cuando lo vio alejarse, sus esperanzas se fueron a la mierda.
—Por favor, Bill Ayúdame— suplico dejándose caer de la silla, dándose un fuerte golpe en la cabeza.
Bill ❤
—Estoy seguro que es ahí, Alexander— dije ya cansado que dudarán de mi— Es el amor de mi vida, ¿Crees que jugaría con eso?
—Si es que ella está ahí, voy a besar tu trasero de bebé, pero si no esa, tú tendrás que besar el mio— asentí cansado— Entonces vamos a la carga.
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—Es un estúpido, pero está realmente preocupado por ella— su novia tocó mi hombro dándome un leve apretón— La vamos a encontrar.
—Gracias Mía— camine con ella hacia mí auto, en cual en el GPS, estaba la dirección, donde se encuentra.
—Entonces, ¿Cómo vamos a secuestrar a Allison, sin morir en el intento?— Pregunto Alex con sus manos en la cabeza.
— Tengo amigos, ellos nos ayudarán a mantener a Tyler ocupado— subí a mi auto, mirándolos a los dos tórtolos— Van a subir, ¿O quieren una invitación?
Subieron resoplando lo grosero que estaba siendo. Arranque el auto, en dirección del departamento donde se están hospedando.
—Entonces bajas tu, y nosotros ¿Qué hacemos?— juro que si no fuera mi hermano ya lo hubiese golpeado.
—Se quedan mirando como me matan— los mire con con mi cara de ¿son estúpidos o se hacen?— Obviamente que no. Mía tu te quedas vigilando, por qué eres más lista que Alex.
—Okey
—Y tu Alex, vas a llamar a la policía, y ayudarme si hay problemas— me sacó la lengua.— A la marcha.
—¡Si mi capitán!, aunque seas menor que nosotros— dijeron al uniso.
Caminé hacia la habitación que me dijeron mis contactos. La puerta estaba cerrada pero sin llave, lo que sorprendió. Asomé mi cabeza para verificar si no había nadie.
Efectivamente había alguien, y esa era mi pequeña Allison. Tirada en el suelo todo sucio para ser honesto.
—Hey Allison, amor estoy aquí— no hubo respuesta por su parte. Me acerque a ella despacio. Para verificar el terreno.
Tome suavemente su cabeza en mis manos, pero estas fueron empapadas por sangre que salía de su cabeza.
—Amor, ¿Pero quién mierda puede ser tan animal?— exclamé llevándome el cuerpo inmóvil de Allison a mi pecho.
—¡Llego el héroe!— me giré para ver a Tyler en el marco de la puerta— Que lastima que no llegaste antes, cuando estaba bien.
—¿Que le hiciste?— me acerque a el con intenciones de agarrarlo y matarlo de una maldita vez.
—Lo mismo que te voy hacer a ti — saco un arma apuntandome directamente a la cabeza— Di tus últimas palabras, Romeo.
—Alto ahí loco— Alexander, le pego con un palo de béisbol, en toda la cabeza, dejándolo caer inconsciente— No le hizo nada, ¿Acaso no confías en tus "contactos"?
—Es que no se, los compré en una subasta— me giré rápidamente para tomar a Allison, en modo princesa.
—¿Se venden personas ahí?—tiro el cuerpo de Tyler un poco más lejos para que pudiera pasar con facilidad.
—No se venden a las personas. Si no que, sus habilidades.— baje las escaleras. Capturando la atención de todos, los que pasaban.
—Aaaaa ¿se venderán prostitutas?
—Para que quieres comprarte una ahí, si tienes a tu mamá en la esquina esperándote.— me reí pero no tanto al recordar lo tonto que dije.
—Compartimos mamá, genio— dijo pegándome en la cabeza despacio— Si mamá te hubiera escuchado, estarías corriendo para que la chancla no te alcanzará.
—Ella nunca haría eso— recordé la vez, que nos tiro la guitarra en la cara— Tira cosas más grande, y que duelen más— toque la parte donde hace años me llegó la guitarra.
Pov Allison.
Desperté por un fuerte dolor en mi cabeza. Cuando abrí los ojos. Me encontré con los verdes de Bill. ¿Mi Bill?
—Hola amor— hablo con suavidad.—¿Como estás?
—Bill, amor no sabes cuánto te extrañe— me para para poder abrazarlo aún sentada en la camilla— Te amo, te amo mucho.
—Yo más, mi pequeña Allison.
Besé sus labios tirando de ella, más de dos meses que no lo hacía. Extrañaba demasiado está sensación.
