Llegue a la casa de Bill, no es tan grande pero tampoco pequeña, tenía 3 habitaciones, la cual una era de sus padres otra de su hermana, y la otra de él. Pero este mes el está solo, ya que sus padres fueron de vacaciones.
Toqué la puerta pero no pasó nada, recurrí a abrir la puerta con una llave que el me dio, por caso de emergencia.
Entre a la casa, viendo que todo estaba tranquilo, me acerque a las escaleras escuchando pequeños ruidos de las habitaciones de arriba, subí tratando de no hacer ningún un ruido, a medida que me iba acercando me más el sonido se hizo claro, ¡Eran gemidos!
Mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿Bill me estaba engañando?. Abrí la puerta rápidamente, ¡pero esa no era la habitación de Bill! y ¡el chico no era Bill!
—!Ahhh dios, lo siento!—me quedé paralizada al ver, que eran mis suegros, ¡Follando!
—¡Sophie!, vete corazón, por favor— los dos se trataron de tapar un poco con la manta.
Corrí fuera de la habitación. Nose con que cara los voy a mirar ahora, los acabo de ver a los dos desnudos. Me dirigí aún corriendo hacia las escaleras. Pero los brazos de alguien me detuvieron.
—Hey, tranquila amor— me dio la vuelta, aún tenía los ojos llorosos, por la vergüenza. Si soy muy llorona ¿y que?
Nunca me atreví a ver porno, y menos a tener relaciones, aún tenía 16 años.
—Bill, me tengo que ir. Lo siento— corrí escaleras abajo, con Bill siguiéndome el paso.
—Amor detente, hablemos— abrí la puerta de la entrada, alejándome lo más que puedo de la casa— ¡Sophie!
—Lo siento Bill, no tuve que venir— corrí a toda velocidad. A la plaza más cercana, y girarme para verlo.
¡Estúpido piernas largas! Vi como se acercaba corriendo hasta llegar a mi lado, y abrazarme.
—Bill, ¡déjame! Acabo de ver a tus padres en pleno acto— trate de empujarlo pero no me sirvió de mucho.
—¿Acaso tus padres nunca lo han hecho?— podía escuchar en su voz, un poco burlona, y a la vez preocupada.
—Yo creo, pero nunca los he escuchado, y menos verlos— exclamé, tratando de quitármelo de encima.
—Pero amor, son tus suegros no tiene nada de malo— lo mire indignada,
—¿Me estás tratando de tomar el pelo, o que?— el soltó una pequeña carcajada.
—Calmate bebé— trato de quitármelo nuevamente sin éxito alguno.
—No me digas que me calmé, ¿como se supone que miré a tus padres ahora?— finalmente me soltó de su agarre.
—Con los ojos, duh— lo mire con una ceja alzada.
—Te estoy hablando encerio— golpe su hombro.
—Yo igual— me dio un beso en mis labios, el cual no correspondi— Solo fue un descuido, todo estará bien Sophie.
—Para ti está bien, nunca los has visto— me sonroje al instante al recordar la escena antes vívida.
—Mis padres son muy descuidados, Sophie
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—Como sea, Bill— puse los ojos en blanco— Aveces parece que yo soy la que tiene 18 y tú 16.
—Aveces madurar no es ser amargado, Sophie. Es aprender a pensar viendo todos los lados de perspectiva— puso una mano en mi hombro— Mis padres se deben sentir mal, al tu verlos de ese modo.
Pensé un poco, Bill tiene razón— Okey, tienes un punto.
—Entonces vamos a mi casa, mamá ya debe estar lista— lo mire confundida— Quieren pedirte perdón
—¡No Bill!, no tienen por qué, yo entré a su casa sin permiso— hable alterada.
—No pasa nada, hicieron lo mismo cuando la novia de mi hermana los vieron— no sabía eso.
—¿Tu hermana es lesbiana?
—Bisexual, dice que se disfruta mas— se encogió de hombros.
—¿Y por qué nunca me lo dijiste?
—Creí que no era necesario. Más Eija dijo qué no te dijera por qué te ibas a sentir incómoda-— poso sus ojos en los mios, dándome una cálida mirada.
—Pero pensé que nos teníamos confianza— mire hacia un lado, para no ver sus confundidos ojos verdes.
—Vas a venir ha comer si o si— tomó de mi mentón, dándome un suave beso en mis labios.
—Te amo, demasiado— besé está vez yo sus labios.
—Eres una bipolar de mierda, pero te amó.
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¿Les gustan más capítulos largos, o cortos? Necesito que me digan, por qué si les gustan largos, voy a tener que alargar esta parte.
