Salí apurada de mi departamento, ya que me llamó mi jefe, que lo viera en 15 minutos y me quedan 5 minutos para llegar, mierda nunca voy a llegar en 5 minutos.
Corrí por todo el edificio, hasta que llegue abajo, tomé el primer taxi, que vi. Menos mal que no había Tráfico.
Joder, llegue 10 minutos tarde, y todos sabemos que el jefe no permite errores.
-¿Anne?- llamé la atención de una chica la cual se supone que es su secretaria, pero fui interrumpida.
-Jane, hasta que te dignas aparecer- una voz que obviamente es de mi jefe, estaba detrás de mí- ¡Sube a la oficina, ahora mismo¡
Exaltada, subí a su oficina, que es la más alta del edificio Skarsgård.
Abrí la puerta, y me quedé parada, esperando a que llegará, y recibiera mi merecido castigo.
La puerta se abrió fuerte, y entró el con ceño fruncido. Era tan guapo aún cuando está enojado, que digo, es mi jefe. Se sentó y apoyó sus brazos en la mesa.
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-¿Que escusa me vas a dar ahora, que había tráfico?, por qué te voy informando, que se perfectamente, que no lo avía.
-señor, yo lo siento, se perfectamente que lo que hice estaba mal- me acerque a la mesa me iba a sentar pero me interrumpió
-No te he dicho que te sientes, sigue hablando, si no quieres que te dé latigazos ahora mismo- que dijo,"¿Latigazos?" Es mejor que siga
-bueno, hoy se suponía que era mi día libre- se paró de su silla y se acercó a mí
-Tu querida princesa, no tienes días libres- me agarró fuertemente de la cintura dejando su cabeza en mi oído- eres mía 24/7
-Señor, le informó, que yo no soy de nadie, que trabaje para usted no significa que sea suya.- lo intente alejar, pero cuando logré safarme de su agarre, me tiro encima del escritorio, sin ningún cuidado.
-No te pongas rebelde, niñita- sentí como me bajaba la falda que llevaba hasta dejarme en bragas- lindo culo, Jane
Trataba de pararme pero me es imposible, ya que tiene una mano suya sujetandome la espalda, para que no pudiese hacerlo.
-Vas a recibir tu castigó- comenzó a dar azotes con sus manos a mi trasero- ¿te duele, dulzura?
-Pare, por fa-av-or pa-are- dije tartamudeando por el dolor que sentía
-No, bebé, tú te lo buscaste- dio unos cuantos azotes más intensos que los otros, no pude soportar más el llanto.
-tomate, el día libre- se alejó de mi y se sentó en su silla- que buena vista tengo desde aquí
-Eres un animal, un bestia- me baje del escritorio, y me puse la falda otra vez en su posición.
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