CAPÍTULO 27

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Sus piernas y brazos se alargaron. Sus uñas se convirtieron en garras. Sus ojos brillaban mientras su rostro se adaptaba a las facciones de un león. Su pelo creció hasta formar una gran melena. El palo de lacrosse se transformó en la amenazadora espada que había destrozado el suelo del pasillo y parte de las taquillas.

El Maramba se irguió mostrando todo su esplendor.

- No me jod... - murmuró Liam para sí.

Los dos hombres lobo se habían quedado paralizados por la sorpresa.

Las bestia abrió su boca, dejando al descubierto unos largos colmillos y rugió. Todo tembló a su alrededor.

Scott y Liam no dudaron ni un segundo. Echaron a correr como si su vida dependiera de ello.

...

- Vamos. Vamos Scott, coge el maldito teléfono - Stiles caminaba de un lado al otro nerviosamente.

Seguía con el coche aparcado en el borde de la carretera, al lado del bosque. Theo todavía no había vuelto.

Al quinto tono su amigo cogió la llamada.

- Oh, gracias a Dios, llevo veinte minutos intentando contactar contigo. ¿Me oyes, Scott? ¡Veinte minutos!

- Stiles, este no es un buen momento - contestó en un susurro.

- Me da absolutamente igual. Después de haberme tenido tanto tiempo pegado al teléfono, gastándome todo mi saldo, lo mínimo que puedes hacer es escucharme. Sé que ahora mismo tienes cosas más graves de las que preocuparte pero es que yo estoy aquí, tirado a un lado de la carretera, en medio de la nada, con Theo corriendo por el bosque y una rueda pinchada. ¡Así que...!

- Espera, espera - lo cortó el otro - ¿Qué acabas de decir?

- Que se me ha pinchado la rueda. ¿Estás sordo o qué?

- No, antes de eso.

- ¿Que estoy tirado a un lado de la carretera? Tío en serio, comprate un audífono o algo.

- ¡No! Stiles, después de eso.

- Ah, que ese pequeño malnacido de Raeken se me ha escapado. Ya te decía yo que este chico...

- ¿Cómo que se te ha escapado?

- Pues íbamos tan tranquilos en el Jeep, hablando de los típicos temas suegro-yerno cuando de repente se le ha ido la olla y ha intentado volcar mi precioso coche, así que he tenido que frenar, y nada más parar el muy... ha salido corriendo hacia el bosque. Yo creo que se ha asustado y...

- ¡Stiles! ¿Cómo has podido dejar que se te escape?

- Créeme que si hubiera tenido mi bate a mano estaríamos ya en mi casa.

De repente se oyó un estruendo al otro lado de la línea.

- ¿Scott? ¿Todo bien por ahí?

- Tengo que colgar - un pitido anunció que el alfa ya no estaba escuchando.

being the bait - THIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora