El día siguiente a la confesión fue muy tranquilo, se sentía más liviana que nunca. No se le había pasado por la cabeza que tal vez las cosas hubieran sido igual, aunque ella bajara en lugar de su madre. Pero coincidía en algo con Eric. Debía dar las gracias por estar viva, gracias a ello, había conocido al hombre más increíble que había en la Tierra.
Esa noche había cocinado ella. Todos cenaban alegremente cuando un relámpago iluminó el cielo, seguido de un ensordecedor trueno, dos segundos después empezó a llover a cántaros.
-Será larga?- preguntó Harrison a Eric.
-Si. Estaba anunciada-Bella levantó la cabeza, estaba nerviosa.
-Así que no hay ganado cerca del arroyo, verdad?
-Que pasa cerca del arroyo?-pregunto Liz.
-Se desborda con estas lluvias torrenciales. Pueden ser arrastradas por el agua.
-Oh! Y se ahogan?
-A veces si.
Bella no necesito escuchar más, sin unas enormes vacas podían ahogarse, entonces Misty y sus cachorros no tenían posibilidades. Se levantó de la mesa, tomó una de las linternas de emergencia que siempre había al lado de la puerta y salió corriendo en dirección al arroyo. A Eric le extrañó que le levantara tan de repente de la mesa, así que la siguió, pero cuando la vió salir a la tormenta, se desesperó.
-BELLA! Que carajos hace?- tomó otra linterna y salió detrás de ella.
Gritaba desesperado, pero el furioso ruido de la lluvia cayendo tapaba su voz. Sabía por donde iba debido a los relámpagos que iluminaban la noche cada pocos segundos. Su desesperación se incrementó cuando se dió cuenta que tomaba el camino que llevaba al arroyo.
Cuando Bella llegó al arroyo, éste ya estaba bastante elevado, pero aún podía distinguir la pequeña cueva donde se encontraba la perrita.
-Misty! Misty!- después de un rato pudo escuchar un suave ladrido por encima de la torrencial lluvia. Pudo ver que asomaba la cabeza de la cueva. Poco a poco se metió en el arroyo, la corriente estaba muy fuerte, pero despacio pudo llegar al otro lado.
-Voy a llevarme a los pequeños, espera aquí. Vendré por tí.- cuando volvió se encontró a Eric, que estaba furioso. Pensó que era por los cachorros, así que los apretó contra su cuerpo. No iba a permitir que les hiciera daño.
-QUÉ CARAJOS CREES QUE ESTÁS HACIENDO?!
-Hay unos perritos!
-VEO QUE SON PERROS! PERO NO TE DAS CUENTA QUE ESTÁ LLOVIENDO?!
-No les hagas daño, por favor!- dijo, le entregó los cinco cachorros y volvió a meterse al agua.
-BELLA!- ella no lo escuchaba, estaba a mitad de camino cuando Eric vió que desaparecía debajo del agua. Estaba metiendose cuando la vió salir nuevamente a la superficie. Bella tomó a Misty en brazos y cruzó nuevamente el arroyo.
-Listo! Hay que volver!
-No podemos volver! Vamos al granero a esperar que pare!- Bella accedió y Eric la guió, iban caminando rápido y ella lo miraba de reojo, temiendo que le hiciera algo a alguno de los cachorros.
Cuando llegaron, Eric dejó a los cachorros en el piso y destrabó la puerta del granero, lugo volvió a tomar a los perritos en brazos y entró. Los dejó encima de una montaña de paja y se giró para ver a Bella. No sabía si gritarle o abrazarla. Resolvió que haría las dos cosas, pero en diferente orden. La apretó contra su cuerpo un largo rato, y cuando se separó la miró furioso.
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Y que le guste el rancho
RomanceEric Campbell, un apuesto ranchero, lleva años buscando a la mujer ideal. Ésta debe ser hermosa, carismática, humilde, amable, y por supuesto, debe gustarle vivir en el rancho. Isabella Jacobs es, efectivamente, hermosa, amable, humilde y tal vez u...