Capítulo 22

78.5K 4.6K 347
                                    


Eric estuvo todo el día en cama de mal humor, sólo se calmaba cuando Bella iba a verlo. Para la tarde estaba tan insoportable que Elisa le había pedido que fuera ella quien le llevara la cena. Leo había vuelto a la ciudad esa tarde, como había planeado, y más de uno quiso irse con él.

A la noche Bella subió las escaleras con un plato de comida para Eric. Cuando entró, él estaba acostado con un brazo cubriendo sus ojos, tenía el torso descubierto y estaba tapado hasta la cadera. No se movió cuando escuchó que entraban. Estaba de mal humor, Bella había pasado muy poco tiempo con él, cuando había preguntado por ella, le contestaron que había salido a caminar cerca del arroyo, y luego, cuando volvió a hacerlo, le dijeron que estaba con Libertad. De verdad ese caballo era más importante para ella? Él estaba convaleciente y a ella se le daba por recorrer el rancho y visitar caballos. Sabía que todavía estaba enojada con él por el comentario del compromiso, pero a su parecer ya lo había castigado demasiado. Ahora la quería cerca.

-No tengo hambre, mamá.

-Es una lástima, porque estuve pensando mucho en usted mientras lo cocinaba.- respondió una dulce voz.

-Bella? -Dijo sentándose en la cama con una enorme sonrisa.

-Me lo llevo?

-No! Ahora me dió hambre. Cenas conmigo?

-No traje plato para mi.

-Te comparto. No quiero cenar solo.

-No quiso compartir el postre con su hermano y quiere compartir su comida conmigo?

-Ese Lemon Pie era para mi. O no?

-Si. Si lo era.

Bella se sentó a su lado y Eric le dió un trozo de carne en la boca, y aunque ella al principio se negó, finalmente lo terminó aceptando con una sonrisa. Él reía y ella terminó por relajarse del todo. Se sentía bien a su lado.

-Bella?- después de un largo silencio, Eric habló.

-Si?

-Necesito hablar contigo... ya no aguanto más.

-Hice algo que lo molestó?

-No! Claro que no. Es... sobre nosotros.

-Hmmm

-No soporto más la relación que tenemos...

-Entiendo...-dijo agachando la cabeza, él ya se había cansado de ella.

-No. No creo que entiendas en realidad. Ya no quiero esconderme, Bella.

-Esconderse?- realmente no entendía.

-Para besarte, abrazarte. Quiero poder besarte cuando llego de trabajar sin ver tu cara de pánico porque mi familia pueda vernos. Quiero abrazarte, delante de todo el mundo y poder quejarme cuando otro hombre te mira...

-Los hombres no me miran...

-De verdad eres tan inocente, Bella? Estaba de los pelo en el baile del pueblo. Quería sacarle los ojos a todos, mi hermano incluido.

-Yo... no se si estoy preparada para eso...

-Para qué exactamente no estas preparada? Para una relación, o para que te haga el amor?-Bella se sonrojó, pero no dijo nada.-No quiero presionarte, si es para lo segundo, yo puedo esperar todo el tiempo que necesites. Y si es para lo primero, yo... no se que decir. Realmente quiero tenerte cerca.

-Nunca tuve una relación. Mi padre murió cuando yo era muy chica, y mi mamá no volvió a casarse. Así que no tengo una referencia de cómo es, de cómo llevarla...

-Es un camino que debemos recorrer juntos. Cada relación es diferente, cada persona es diferente, así que todo será nuevo para mí también.-dijo tomando su mano.- Que dices? Quieres intentarlo?

Bella lo miraba en silencio, ella lo amaba, y lo que más quería en el mundo era estar con él. Pero luego estaban sus inseguridades y sus pesadillas. Sabía que al final terminaría yéndose del rancho, pero, que le impedía ser feliz al lado del hombre que amaba? Aunque fuera por un corto tiempo?

-Si-susurró- si quiero intentarlo- dijo luego más segura.

Eric no dijo nada, solo la hizo pararse de la silla que ocupaba y sentarse luego en la cama, a su lado. Tomó su rostro entre sus manos y la besó suavemente, lleno de felicidad. Alguien llamó a la puerta.

-Esta familia no puede ser más inoportuna-dijo con una sonrisa.

-Bella? Te tiene secuestrada? Ya esta la cena, querida.

-No la secuestré! Se quedó por voluntad propia! Y ya cenó.- la puerta se abrió dejando ver a una Elisa muy enojada.

-Eric Campbell! No puedes ser tan egoista. Isabella no cenó, así que voy a llevármela.

-Cenó conmigo. Y no vas a llevarte a mi...

-Secretaria. Eso iba a decir, secretaria...

-No. No es lo que iba a decir- Eric la miraba con reproche, acababa de aceptar que no se escondieran más, y ella volvía a hacerlo.

-Y que es lo que ibas a decir, hijo?

-Mi novia. Eso iba a decir. Isabella y yo decidimos, de mutuo acuerdo-dijo mirándola significativamente- que vamos a intentarlo.

-Oh! Cariño! Eso es estupendo! Me alegro mucho por ustedes!- se acercó y abrazó a Bella con fuerza, y le dió un sonoro beso en la mejilla, luego los dejó solos y se fue a dar la noticia a la familia.

-Por qué mentiste?

-No tuve tiempo para acostumbrarme, y no pude pensar en cómo sería la reacción de su familia.

-Bella, mi familia te adora! Nunca los había visto tan encantados con alguien a quien conocen de tan poco tiempo. Y podrías tutearme, por favor?

-Lo intentaré.

-No quiero que lo intentes, Bella. Ya me dijiste que lo harías y nada cambio. Di mi nombre

-se....

-Mi nombre, Bella. No quiero oirte decir señor Campbell nunca más. Quiero oírte- dijo acariciando su mejilla.

-E-eric- el cerró los ojos, disfrutando del sonido de su nombre dicho con su dulce voz.

-Me encanta. Ahora dime "tengo el mejor novio del mundo"

-Ya se pasa.

-Tutéame.

-Ya te pasas.

-Si me tuteas no lo haré.

-Ok. Mañana su... tu padre traerá las muletas

-Si. Mañana podré salir aunque sea a tomar un poco de aire.

***

Las muletas llegaron, y Eric caminaba hasta el corral donde aún intentaban domar a Libertad. El caballo se había dejado montar por Bella y por él en esa ocasión, pero de nuevo no quería saber nada.

Cuando el tercer día salió, se sorprendió de verlo ensillado.

-El nombre de quien va a llevar la lápida?- dijo riendo, uno de sus hombres se iba a atrever a montarlo, iba a ser divertido ver como volaba y caía a unos metro. Después de todo, ellos se habían carcajeado cuando él lo hizo.

Nadie se atrevía a responder, y Eric los miró a uno por uno, hasta que paró su mirada en Bill. Este se notaba muy nervioso.

-Tu, Bill? Puedes hacerte mucho daño. Deja que otro lo haga.

-No lo haré yo, señor.

-Bien, quién entonces?

-Yo.- dijo alguien detrás de él. Conocía esa voz. Soñaba cada noche con ella. La furia se apoderó de él.

Y que le guste el ranchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora