XVIII

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Abrió de golpe sus ojo cuando el rubio decidió, bruscamente,  ponerse sobre su cuerpo. Aun adormilado pudo notar como aquella marca que le había hecho no ha desaparecido del todo porque en el cuerpo blanquecino y desnudo quedo una cicatriz profunda. Su sangre no podía curarlo del todo, KiBum aún seguía siendo completamente humano lo que significaba que su sangre no pudo funcionar al cien por ciento, pero al menos KiBum sigue viviendo pero el problema de ahora es el efecto secundario. y no era el gran problema porque a Jong Hyun le está gustando tanto que no puede ni si quiera quejarse.

La mirada lujuriosa de un rubio se posan sobre su pecho marcado por las uñas de un simple humano, pudo notar también que su cuerpo moreno estaba marcado por mil chupones. Y Dios, ahora más consciente y menos adormilado siente el ardor cuando el rubio decide volver a rasgar su pecho, clavando las uñas.

— Te deseo. Te deseo tanto. — Dijo KiBum con los ojos lleno de lujuria, con los labios mojados por su propia saliva y con la mejillas sonrojadas hasta por las orejas.

El sofá completamente destrozado, Los muebles, los jarrones hechos añicos  desplomado por el suelo, la alfombra donde en estos momentos se encuentra él tirado sobre ella y con KiBum arriba, todo rasgado.

Jong Hyun pudo ver también como el cuerpo blanquecino mostraba una erección muy notoria, una de la que él todavía no ha despertado. El menor lo provoca, balanceándose de frente y atrás, rozando su culo desnudo en algo blando que de a poco está despertando y poniéndose duro.  De aquellos labios rosados y acorazonados salio un gemido poco tímido, el mayor acostado en el suelo suspiraba con pesadez mientras se deja llevar.

Su mano actuó por sí sola golpeando de manera busca el culo del blanquecino quien sorprendido por dicho acto, gimió fuerte y adolorido.

— Otra.

Dijo provocando que de sus labio salga un  pequeño hilo de saliva que cayó sobre el abdomen trabajado del moreno. El rubio cerró los ojos fuerte cuando la segunda palmada llego y siendo mas doloroso que la anterior. Con las piernas temblando y siguiendo con ese vaivén que le costó continuar desde la primera nalgada, KiBum se apoyaba con ambas manos en el pecho del mayor.

—Quiero que me montes. — Dijo de manera tosca el mayor volviendo a golpearlo otra vez pero con la otra mano, sintiendo KiBum el ardor en sus glúteos.

— A-anoche... — se oyó entre cortado cuando la cuarta cachetada llegó en su culo mientras él aún temblando intentaba seguir con el vaivén. — No... no pude chuparla.

Solo eso basto para que el híbrido detuviera sus manos y se sentara en el suelo con KiBum aún sobre su cuerpo. No tuvo que decir absolutamente nada porque KiBum pudo entender y salio de encima de su cuerpo para arrodillarse y bajar su cabeza a aquel palpitante pene duro. Sin dudarlo beso aquel glande brillante, con su mano temblorosa tomo el falo y aquellos vellos púbicos picaban sobre su nariz cuando decidido devorarlo de un solo bocado, sin prepararlo con la saliva, dejando que la sequedad de la piel se sienta dentro de su garganta.

El Alpha gruño mientras veía la cabellera rubia subir y bajar, apoyo su mano sobre la alfombra rota y mientras que con la otra se aferró a la cabellera rubia. El menor arrodillado elevando su culo mostrando el enrojecimiento fuerte de las nalgadas, y con las rodillas sobre el suelo lastimándose, la saliva que de su boca salia mojando el pene duro en su cavidad bucal hasta llegar más allá de la campanilla.

KiBum absorbía ahuecando sus mejillas volviendo a tragar todo otra vez, sintiendo el tirón de su pelo rubio y escuchando los gemidos roncos que salían de la boca del híbrido. KiBum lo soltaba cuando le faltaba el aire y la mano suya sujeta desde la base se ayudaba subiendo y bajando cubriendo la piel extra la punta rosada del moreno. su exceso de saliva mojaba los vellos púbicos del Alpha quien tironeaba del pelo cuando KiBum tardaba en devorarlo de nuevo completamente.

— Mierda.

Porque estaba llegando, KiBum lo hacia muy bien porque la mano libre pálida fue directamente hacia los testículos fríos, masajeando suavemente mientras sube y baja su cabeza sin parar, absorbiendo todas aquellas pequeñas gotas de pre-semen que salían de la hendidura y el menor cubría con su boca.  

Jong Hyun gruñe cerrando fuerte la mano enredando mechones rubio entre sus dedos, KiBum absorbe todo cuando la explosión de aquel liquido espeso hizo su aparición en la boca. El mayor lo suelta, el menor se endereza aun arrodillado en el suelo.

El híbrido lo vio, tragando todo de su ser, viendo como el humano se limpiaba la comisura de los labios y se chupaba los dedos tragando las pequeñas gotas que pudieron escapar.  

— Quiero romperte.

Confeso Jong Hyun.

—Hazlo.

*

Había dormido muy poco, apenas menos de cinco horas. Estaba cansado, muy cansado pero aún así no lograba unirse con KiBum en el mundo de los sueños.

Se sentía tan extraño, tan raro. El cuerpo del rubio sobre el suyo durmiendo plácidamente, JongHyun solamente podía oír y sentir la respiración del rubio sobre su torso desnudo.

Levanta solamente una mano viendo como volvió a su normalidad, las garras ya no estaban más y las venas no estaban muy sobresalientes como hace un momento atrás.  Con cuidado se levantó del suelo, y consigo, en sus brazos el cuerpo menudo que no despertaba, lo dejo descansar en el sofá destruido.

No había mantas, no tenía sábanas a mano, ni siquiera una prenda de sus ropas. El cuerpo de KiBum quedó desnudo sobre el sofá, JongHyun estaba igual de desnudo que él.

Al estar parado en el suelo pudo notar como de nuevo había ganado altura y está seguro que llega o sobrepasa los dos metros. Suspira mirándose desde los pies hasta su vientre trabajado, las garras que el rubio le supo dejar aquella noche desenfrenada aún estaban marcado sobre su cuerpo y se le hacia extraño porque sus poderes aun tardaban en sanar.

— Oh, dios.

Murmura sintiendo ahora el ardor de esas marcas cuando apenas se toca con las yemas de sus dedos.

JongHyun sintió como su corazón latía tan fuerte que creyó que podría salirse de su tórax, la piel se le erizo al darse cuenta de lo que ambos habían hecho.

KiBum ahora le pertenece, él pertenece a KiBum hasta el día de su muerte y ahora puede entender el porqué se siente tan raro, tan extraño. Ahora esta sin poderes, su olfato y poder auditivo se redujo tan dramáticamente, el volumen de su cuerpo aumento para poder proteger al rubio en caso de peligro.

Y ahora sabe el porque  su cuerpo no sana en aquellos rasguños que KiBum les hizo porque justamente en estos momentos él es completamente humano.

*

















Volví.

Mil nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora