Epílogo

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Fue muy difícil para KiBum poder alejarse de todos sus seres queridos, amigos y compañeros que pudo lograr a conocer en todos esos años estudiando en la universidad de idiomas y de los compañeros de trabajo donde mas de una vez sus mejillas dolían de tanto reírse, pero era algo que el no podía evitar. Cada vez que pasaba el tiempo todas las personas cercanas a el envejecían a su modo, lento, pero lo hacían. 

Mientras él aun se mantenía intacto, sin ninguna arruga, ninguna cana, sin ningún tipo de problema de salud. Hasta incluso las veces que salio a beber con ellos el alcohol no hacia efecto en él, ni una botella de ron, de whisky o vodka, tal vez tres o cuatro podía hacerle errar un solo paso pero ninguno podía hacerle perder la conciencia y hacerlo vomitar, hacerle hablar idioteces y sin sentido o hacerlo olvidar las noches de fiestas como muchos de sus amigos. 

KiBum sabia que su momento ahí se estaba llegando a su fin. 

- Lo siento tanto, Bummie. No creí que las cosas saldrían de esta manera. 

Porque según las teorías de los sabios y de el anterior Alpha, tanto KiBum como JongHyun no iban a vivir después de los cien años, quizás ni si quiera llegarían a esa edad. 

El mas grande se lamenta el ver y sentir a su amado de esa manera, él mas que nadie quería vivir como un simple humano a su lado y envejecer juntos como lo haría cualquier persona normal, pero las cosas no resultaron ser así. Su sangre mixta resulto ser beneficiosos para el cuerpo del del menor, curando de todo mal, de toda enfermedad. 

KiBum se sentía como si fuese un licantropo, adaptando poco a poco su cuerpo y mente de aquello sobrenatural, pero con ninguna transformación lo cual agradecía. 

- No te preocupes por eso. Es el camino que elegí y ya no hay vuelta atrás. 

Sus ojos verdes fijos en los celestes intensos de su amado aun no logran calmar la ansiedad y miedo que recorren su cuerpo. Quizás ese beso que ve venir lo calme, las caricias de la mano morena en su cintura y sobre la ropa, el suave y dulce beso que llego a sus labios acorazonados como el rubio espero y  los otros que sintió sobre su mejilla derecha. 

- Hay tantas cosas que desearía poder cambiar para que te sientas mejor. Perdón por todo lo que estoy causando. 

Las manos morenas suben acariciando de manera tortuosa a un rubio con sentimientos mezclados, llegando a tocar la nuca y los pelitos cortos de ahí picando unos dedos ásperos. las pupilas dilatadas y el iris de color verde no dejan de observar el rostro que se lamenta cada acción de su pasado, viendo como cierra sus párpados, sintiendo la mezcla de su respiración con la ajena, poniendo sus pálidas manos en el pecho fornido sintiendo el corazón licántropo palpitar bajo sus palmas.

- Jjong... pero ahora estas acá, para mi. En cien años, en docientos años, en quinientos años y siempre conmigo. 

- Siempre contigo. Siempre.

Mil nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora