Pacto de hermanos - Unión de sangre (2)

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Antes de que empiecen a leer tengo algo que comentarles. Recientemente Wattpad ha eliminado la opción de dejar espacios grandes para los cambios de escena así que a partir de ahora los cambios de escena estarán representados por (°°°°°°°°) y los cambios de narración de los personajes seguirá estando representando por (*-*-*-*-*-*)

Sé que esto puede llegar a confundir un tanto por eso en todos los capítulos, antes de la lectura, dejaré este recordatorio.

Sin más que decir les deseo una muy feliz lectura. Este es el final del relleno :D 

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El sol lentamente se escondió en el horizonte. Leo observó su descenso sin inmutarse. Todo el día estuvo meditando sobre lo que haría si la jaula no resistía las embestidas de Ed. Él solo no podría contra la bestia y dudaba que su padre pudiera ayudar en algo, todavía tenía muy presente el relato de aquella noche, cuando se le rebeló a toda la familia la nueva condición de Ed. ¿Si todos los hombres del pueblo no pudieron contra un solo hombre lobo cómo esperaba él enfrentarse a uno y salir ileso? No había manera.

La imagen del arma de su padre acudió a su mente. Leo sacudió la cabeza. No era la primera vez que su subconsciente le enviaba la respuesta, pero Leo se negaba a aceptarla en cada oportunidad. ¿De verdad se creía capaz de matarlo?, ¿a su hermanito?, ¿al pequeño niño llorón que por su culpa perdió todo rastro de alegría? No, ¡no! Haría lo que fuera para evitarlo, lo que fuera. Toda su familia viviría. Era una promesa que estaba dispuesto a cumplir, así su vida dependiera de ello.

Se levantó decidido al escuchar pasos acercarse. Desde que Ed lo abandonó en el establo, Leo optó por quedarse en la entrada sin hacer otra cosa que mirar el cielo. Estaba demasiado distraído para cumplir con los deberes. Sabía que ninguno de sus padres lo molestaría, había otros asuntos de los cuales ocuparse. Y justo uno de ellos se acercaba. Leo inhaló una gran bocanada de aire. La noche se acercaba y con ella el momento que todos más temían.

Leo abrió el establo en cuanto Ed y Leonardo padre estuvieron lo suficientemente cerca para definir sus rostros. No pudo apreciar expresión alguna en ellos. Cerró la puerta una vez todos estuvieron dentro. Allí, en medio de la oscuridad, Leo no supo qué hacer, sabía que debía encarcelar a Ed, pero no encontraba cómo hacerlo; quiso mirar a su padre, más la falta de luz se lo impidió. Un paso tímido se escuchó, casi como si no quisiera delatarse. Otro paso siguió al anterior, uno más se unió al andar.

La corta interrupción entra cada paso le dio tiempo a Leo de acostumbrarse a la oscuridad. Observó una silueta pequeña y robusta avanzando despacio hacia la jaula, reuniendo valor cada vez que se detenía. A su lado sintió la presencia de su padre, quien mantenía una mirada dura y dolida sobre la espalda de su hijo menor. El niño llorón resultó ser más fuerte de lo que Leo pudo llegar a imaginarse.

En cuanto Ed estuvo dentro de la jaula Leonardo padre se acercó para cerrarla. Sacó la llave del pantalón y la introdujo en la cerradura. Dio vueltas dos veces antes de volver a sacarla. Por unos segundos Leo creyó que eso sería todo, pero Leonardo padre, en lugar de darse la vuelta para salir, se encorvó para recoger algo. Por la tensión de sus músculos y la lentitud con que se fue incorporando dedujo que levantaba un objeto pesado, pero fue el sonido metálico lo que le erizó la piel antes de verlo.

«Esto es demasiado. No se merece eso. ¡No se merece esto!»

Sobre la cerradura de la jaula, unas gruesas cadenas eran enroscadas para reforzar la seguridad.

«¿De quién?», pensó con frialdad. «¿La de Ed o la nuestra?»

Al ver el semblante frío de su padre un nudo se le hizo en el estómago. Abrió la boca para decir algo, lo que fuera, pero ningún sonido emergió de su garganta. Miró a Ed. Las manos se le pusieron frías. En ningún momento su hermano dejó de darles la espalda. Eso no le gustó, si había llegado a pensar que Ed se rendía, eso lo confirmaba. Ed empezaba a aislarse de ellos.

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