Capítulo 6: Poseer.

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—¡Joder, joder, JODER! —Rompí a llorar—. ¿Qué se supone que deba hacer ahora? ¿Esto será así por el resto de mi vida? ¿No podré ser libre nunca? —me preguntaba a mí misma sin parar de llorar.

Lo único que podía hacer era maldecirlo y llorar desconsoladamente, no podía moverme y no quería saber como continuaba el sueño que tuve si hacía lo mismo que en él. Huir no era una opción, no conocía el terreno y probablemente solo buscaría un castigo peor que por el que ya había pasado. No... Ni si quiera tenía valor suficiente como para moverme de esa cama. Justo cuando ya se me estaban secando las lágrimas, recuerdo el rostro de Jimin. Realmente el no vendrá. Agaché la cabeza y varias lágrimas más acabaron por salir de nuevo.

Después de un tiempo me sequé las lágrimas y levanté mi espalda quedando sentada en la cama envuelta por las sábanas para tapar mi cuerpo desnudo. No es como si fuera a intentar huir, pero no podía quedarme ahí tumbada todo el día llorando, no me daban de beber tanta agua como para estar llorando todo el día.

Finalmente, puse mis pies en el suelo y salí de la cama aún con las sábanas envolviendo mi cuerpo. Era difícil caminar y mantenerme en pie, pero por suerte no era tan terrible como en el sueño. Caminé aproximándome a la puerta, al llegar a esta empecé a golpearla.

—¡¿Hola?! ¡¿Hay alguien?! —intenté llamar la atención de alguien, esperando un guardia al lado de la puerta o algo por el estilo. Nada, ni unos pasos acercándose ni una llave abriendo la puerta. Me apoyé en la pared, justo al lado de la puerta, y me deslicé hasta caer al suelo, apoyando mi cabeza encima de mis brazos los cuales estaban apoyados en mis rodillas. Justo cuando, una vez más, iba a comenzar a llorar escucho como alguien abre la puerta con llave. De alguna manera era lo que quería, pero... Seguía temblando de miedo. Podría ser Tae, RM o cualquier otra persona que este igual de demente que ellos. La puerta comenzó a abrirse y un tierno chico pelirrojo se asomó a la habitación.

—Hola —saludó con una hermosa sonrisa. Me alejé arrastrándome por el suelo con las manos hasta chocar con la pared. Accedió a la habitación y cerró la puerta, después fue acercándose a mí.

—¡No te acerques! —grité alterada.

—No pienso hacerte nada, no soy como ellos. Solo vengo a ayudarte. —Continuó acercándose.

—¿Piensas que voy a creerte? —cuestioné sarcástica.

—¿No es mejor intentar hacerlo? Un pequeño rayo de esperanza entre tanta oscuridad. Además, si tuviera las mismas intenciones que ellos... ¿Qué más da venir conmigo o quedarte aquí? Sería lo mismo, al menos si vienes conmigo hay un pequeño índice de esperanza. Lo dejo a tu elección; quedarte o venir conmigo. Si decides quedarte siempre te quedarás con la duda de que habría pasado si hubieses venido conmigo —argumentó sin seguir avanzando hacia mí.

—Menuda estupidez... —Tenía mucho miedo de confiar en él y que resultara ser igual que esos monstruos.

—Entonces mejor me voy. —Retrocedió hasta la puerta y giró el pomo de esta con intenciones de abrirla e irse.

—¡Espera! —Lo detuve.

—¿Sí? —preguntó con una sonrisa victoriosa.

—Si voy contigo... ¿Me aseguras que podrás protegerme de Tae? —consulté temerosa.

—Eso entraba dentro de mi plan, así que sí —afirmó consiguiendo que me calmara por completo, de alguna manera ya tenía la mayor parte de mi confianza y esperanzas en él.

—V-voy contigo... —dije mirando al suelo algo avergonzada. El chico se acercó y me cogió en brazos, lo cual hizo que me sorprendiese, él me respondió con otra de sus sonrisas. Nuestros rostros estaban a centímetros. Mis ojos se desviaron a los suyos. Eran unos ojos color café hermosos que hacían que me perdiera en ellos, tenía una mirada penetrante.

Mi Juguete Sexual | Kim Taehyung | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora