BamBam inició su ataque una vez más besándome y tratando de quitar de en medio mi camiseta, parecía ser que esta era ya un estorbo que nos entorpecía a ambos y, aunque esta apenas nos separase unos milímetros, se sentía como una distancia abismal. Rompí el beso para dejar vía libre a que me quitara la camiseta. Mis labios estaban muy húmedos, entumecidos e hinchados, pues parecía que el sujeto sobre mí le encantaba juntar ambos labios y fundirlos en un candente beso que iba en crescendo en cuestión de fogosidad.
Finalmente, logró librarse del trozo de tela que obstruía el camino hacia mi sostén y desunió su boca con la mía para comenzar a trazar un camino de besos desde mi mandíbula, pasando por mi cuello y acabando en la parte donde mi sujetador no cubría mis senos.
—Nnhg... —ahogué un gemido a regañadientes.
—No te resistas. Quiero oírte —habló luego de separarse levemente de mis pechos y elevar un poco su cabeza para poder verme a los ojos.
Aunque me dijese eso no podía, puesto que me sentía terriblemente avergonzada al emitir esos sonidos tan obscenos en frente de él.
Entonces continuó tratando de liberarse de mi sujetador para no tener ningún impedimento entre su boca y mi pezón, con los que llevaba ya un rato jugando. Quería que siguiera, no quería que parara, pero la inseguridad que tenía sobre mi cuerpo me estaba llenando de incomodidad, ¿y si le decepcionaba? Ahora iba a ver todos los defectos que estaban resguardados debajo de mi ropa. Parecía haberse dado cuenta de mis inseguros pensamientos ya que se detuvo de repente.
—Te haré sentir muy bien, así que no tienes de que preocuparte, ¿sí? —Sonrió dulcemente y yo asentí lentamente para que acabara de quitarme mi ropa interior superior. Despacio, deslizó sus manos por mi cintura y arqueé mi espalda un poco para que pudiera desabrocharla. Más tarde empezó a desplazar las tiras del sostén y así librarse de este definitivamente, cuando lo consiguió no dudó ni un instante en lanzarlo por los aires. Se quedó un pequeño período de tiempo viendo mis senos provocando que me pusiera más nerviosa hasta que se aproximó a uno de mis pezones para comenzar a mordisquearlo con delicadeza y con una de sus manos juguetear con el otro. No pude dejar escapar un suspiro por el placer que me daba sentir sus labios juguetear con mi pezón al igual que con sus dedos.
—Ah... —volví a suspirar y al escucharme él levantó su cabeza y con una sonrisa ladina se acercó a mis labios para besarlos con deseo. Esta vez sí pude seguir el ritmo del beso y poco a poco la habitación fue inundada por los ruidos algo obscenos que ambos provocábamos cuando nuestros labios chocaban.
No mucho después, comenzó a descender sus manos acariciando mi cintura, pasando por mis caderas y finalizando en mis muslos, adentrando sus manos por dentro de mi pantalón corto. Se alejó de mí ligeramente y con una mirada que fue directa a mis ojos me avisó de lo que iba a hacer, rozó mi entrepierna con suavidad y sacó sus manos de dentro de mi pantalón para quitármelo y así aproximar su rostro a mi feminidad y comenzar a succionarla con su boca por encima de mis pantaletas.
—Ah... —no pude evitar gemir al sentir como apartaba mis bragas a un lado y comenzaba a lamer y juguetear con su lengua y mi clítoris—. Bam... Bam... —jadeé su nombre a la vez que colocaba mi mano en su cabeza y estrujaba su cabello con fuerza.
—¿Mm? —Levantó su cabeza para poder mirarme directamente a los ojos, sin que mi mano que aguantaba su cabeza hacia abajo fuera un impedimento para su movilidad. Tenía una sonrisa gloriosa en su rostro que de alguna forma me inquietaba.
Al ver que no respondía después de varios segundos se relamió los labios limpiando estos del líquido viscoso proveniente de mi vagina.
—N-no aguanto más... —me atreví a decir después de unos segundos que se hicieron eternos y, a su vez, intensos, muy intensos. Intenté darle a entender que quería que dejara de jugar y prosiguiera con lo que ya ambos estábamos ansiosos en exceso de que ocurriera de una bendita vez.
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Mi Juguete Sexual | Kim Taehyung | +18
FanfictionMuchas veces puedes equivocarte tomando decisiones, pensando que éstas te favorecerán. Pero, en cambio, te hunden en un abismo en el que jamás habrías imaginado que acabarías. Y yo nunca podría haberme equivocado de una peor forma, ¿pero quién me ib...