Capítulo 11: Celos y envidia.

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Jin se encontraba en las escaleras parado cual estatua, prácticamente estaba hiperventilando, parecía que había corrido mucho para llegar hasta aquí desde donde sea que estuviese. Pero lo que me estaba inquietando más era la incógnita que se acababa de formar en mi cabeza. ¿Quién era ese tal BamBam? Jin y Jimin se veían muy preocupados, no creía que fuera bueno que _____ anduviese con el tipo del que estaban hablando.

—¿Qué es todo este escándalo? —Hizo presencia una mujer con una belleza despampanante y acto seguido Jimin soltó a Tae y clavó su mirada en ella.

—Rosé... ¿Qué haces aquí...? —preguntó Jin aún con su respiración entrecortada, girando su cabeza levemente, pues la chica estaba justo a su lado.

—Solo quería ver que tal iban las cosas por aquí. Hacéis tanto ruido... —dijo con una voz que me resultaba seductora hasta a mí—. Además, hacía mucho tiempo que no venía por aquí —finalizó.

—Te estaba buscando —habló Tae mirándola a la vez que apartaba a Jimin para acercarse a ella con su rostro totalmente serio.

—Ah, ¿sí? —Soltó una pequeña carcajada—. Ven aquí. —Abrió los brazos para que se acercase y la abrazara, este le hizo caso y inmediatamente se aproximó a ella.

—Te necesito... —dijo casi susurrando. Llegó hasta ella y la abrazó hundiendo su rostro en su pecho.

¿Qué estaba pasando aquí? ¿Ella era su novia? No... Si era su novia no podría entender como ella podía estar de acuerdo con todo lo que estaba haciendo con todas las chicas que se encontraban aquí encerradas.

—Lo siento —se disculpó después de romper su abrazo con Tae—. Acabo de llegar y ya tengo que irme... —Agarró la mano del último mencionado y subieron las escaleras unidos de la mano.

—¿Qué coño acaba de pasar? —cuestioné boquiabierta.

—Ni idea, pero... —Hizo una pausa pensativo—. ...esa tal _____ corre un grave peligro.

—¿C-cómo? —preguntó Mina comenzando a alterarse.

—N-no os preocupéis. No pasa nada. —Trató de calmarnos Jin.

—No les mientas. Hay que decírselo. —dijo Jungkook siendo interrumpido por Jimin antes de que pudiese continuar hablando.

—No hay nada que decir, todo está bien —aseguró.

—Pero... —Intentó decir algo Mina, pero volvieron a interrumpirnos.

—¡E-es hora de cenar! —exclamó nervioso tratando de cambiar de tema. Sabía que por mucho que insistiera no me iban a decir nada así que decidí dejarlo pasar por el momento.

—Tengo mucha hambre —canturreó sonriente. Parecía que Sana se había dado cuenta de que estaban evitando decirnos lo que pasaba y prefería, al igual que yo, no insistir más.

—Ahora la traigo. —Una vez más, nos mostró su característica sonrisa y comenzó a subir las escaleras.

—¿Qué es eso? —preguntó el pelinaranja mirando en mi dirección.

—¿El qué? —No tenía ni idea de a que se refería con esa pregunta.

—Tu brazo... —Inmediatamente dirigí mi vista hacia mi brazo, tenía una herida que no había visto antes.

—¿Cómo? No recuerdo nada que pudiera haber hecho para herirme de esta manera. Ni si quiera lo había sentido. —Acaricié la herida—. Ashh...

—Hay que curarlo. —Sacó las llaves de la celda de uno de sus bolsillos y la abrió.

—¿No me vas a atar con una soga? —pregunté pues no tenía en sus manos una soga con la que siempre ataban a las chicas cada vez que una salía.

Mi Juguete Sexual | Kim Taehyung | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora