—En los armarios queda algo más de ropa de la última vez —dijo e inmediatamente me puse a buscar la ropa con las sábanas de la cama envolviendo mi cuerpo.
—Voy a vestirme... —avisé con la cabeza gacha antes de entrar al baño y cambiarme, cuando acabé de hacerlo salí y miré hacia él. Mi ropa consistía en unos pantalones cortos básicos y una camiseta de manga corta negra.
—¿Estás segura de que quieres volver? —preguntó atónito.
—Sí, les prometí a ciertas personas que volvería... —Aparté mi mirada para mirar hacia el suelo.
—Está bien... —Dio la vuelta cabizbajo y comenzó a andar hasta la puerta, la abrió e hizo un ademán para que me acercara—. Sígueme.
Me aproximé a él y cruzamos la puerta juntos, no sin antes de que BamBam echara un vistazo fuera, no sería de nuestra conveniencia encontrarnos con alguien más. Cuando se aseguró de que no había nadie me agarró del brazo y comenzamos a correr hacia las escaleras. Al llegar a estas las bajamos para llegar al sótano, donde se encontraban las celdas y mis amigas, pero justo antes de llegar a abajo del todo el pelirrojo se detuvo.
—¿Qué ocurre? —cuestioné imitando su acción.
—Continúa tu sola —alegó antes de irse desapareciendo de mi campo visual.
Apreté mis puños con fuerza, pues no me dejó ni despedirme y eso hizo que me molestara, no quería que las cosas entre él y yo acabaran de esta manera. Entristecida por esto último, miré hacia el suelo con lágrimas amenazando por salir y, finalmente, bajé las escaleras por completo llegando a mi destino.
—¡_____! —gritó Mina al instante de verme aparecer. Una amplía sonrisa se formó en mi rostro, pero aún habían algunas lágrimas que querían salir a la luz de todos.
—He vuelto —anuncié con una sonrisa y una lágrima cayendo por mi mejilla izquierda, al final no pude resistirme.
—Lo siento —se disculpó Jimin haciendo una inclinación de noventa grados—. Me arrepiento mucho de no haber ido en tu busca —continuó cerrando los ojos con fuerza, se veía realmente compungido.
—Está bien, ya no importa. —Traté de restarle importancia puesto que ya no se podía hacer nada respecto a eso—. ¿Podrías... —Hice una pequeña pausa—. ...abrir la celda?
—S-sí —afirmó y al instante de que la abriera salté a los brazos de todas mis compañeras, de alguna manera me encariñé de ellas y las extrañé.
—Te echamos de menos —habló Sana con una sonrisa enternecedora y unas cuantas lágrimas.
—Pensé que ya no volverías... ¿Cómo estuviste este tiempo? —preguntó Momo. Todas parecían extremadamente preocupadas. No llevaría ni tres días desaparecida, pero era como si hubiese pasado una década.
—Prefiero no hablar de eso... —Me separé de ellas mirando hacia el suelo.
—Vale, no te forzaremos a hacerlo —dijo Sana secándose las lágrimas.
—Lo siento... Quizá más tarde sí me sienta capaz de hablar sobre ello. —Mina acarició mi hombro. Jimin interrumpió el momento para decir algo.
—Sana. —La mencionada elevó la cabeza para mirar en su dirección.
—¿S-sí...? —Se levantó.
—Ven conmigo, por favor —pidió y esta asintió al instante. Sana se aproximó a él y juntos entraron a una sala que era desconocida para mí, Jin se encargó de cerrar la puerta de la celda con llave.
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Mi Juguete Sexual | Kim Taehyung | +18
FanfictionMuchas veces puedes equivocarte tomando decisiones, pensando que éstas te favorecerán. Pero, en cambio, te hunden en un abismo en el que jamás habrías imaginado que acabarías. Y yo nunca podría haberme equivocado de una peor forma, ¿pero quién me ib...