❀ Existen muchas formas de amar, en esta vida hay diferentes maneras de querer, de adorar... pero la manera en que KyungSoo y JongIn terminan amándose es definitivamente la mejor.
❀ Conjunto de drabbles y viñetas KaiSoo y SooKai por su mes especial...
Algunos días como ese, JongIn se sentía un poquito desesperado y toda la culpa tenía nombre y apellido: Do KyungSoo.
Él era el culpable de que se sintiera de aquella manera, de que comenzara a darle un tic en la pierna izquierda y comenzara a moverla como loco cuando estaba sentado o incluso acostado. Los miembros ya habían comenzado a burlarse de él diciendo que parecía que traía una antigua máquina de coser, como las abuelitas. Que pronto sería un abuelito.
Pero por supuesto que no podía envejecer sin antes lograr su objetivo. Lo tenía demasiado fijo como para quitar el dedo del renglón; mucho menos cuando su motivo salía del baño listo para dormir únicamente con la vieja camiseta puesta.
Y JongIn tenía que cerrar los ojos, o al menos intentarlo y fallar miserablemente, porque cuando KyungSoo caminaba hacia su cama, terminándose de secar sus cortos cabellos, JongIn no podía evitar seguir su silueta, delimitando con sus ojos en la oscuridad las torneadas piernas del mayor, haciéndolo tragar saliva de cómo se sentía de acalorado con un solo vistazo.
No, JongIn no podría olvidar su objetivo jamás. Y ese era lograr que Do KyungSoo lo viese como un hombre, y no como un bebé.
Desde que JongIn podía recordar, una vez que se hicieron cercanos, KyungSoo siempre lo mimaba y le consentía a más no poder, y para él estaba perfecto; poder acurrucarse en sus piernas cuando se sentaban a ver la televisión, dejarlo elegir la película de la noche pese a que ya la hubieran visto muchas veces. Darle palomitas en la boca y acariciar sus cabellos. JongIn podía escuchar el calmado latir del corazón de KyungSoo y arrullarse con él.
Podía meterse en su cama una noche porque tenía mucho frío, haciéndole un puchero con sus bonitos labios gruesos para que su hyung no le dijera nada, y abrazarse de él por la espalda, dándole besitos en los hombros de vez en cuando, besitos especiales para su hyung favorito por ser tan bueno con él.
JongIn estaba mimado, KyungSoo le cumplía la mayoría de sus caprichos, y aunque podía bien aprovechar para acariciarlo bajo las sábanas con una excusa barata. JongIn quería más, quería mucho más.
