Baile de Halloween - II

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Lorcan se apartó de Destiny unos centímetros, los cuales fueron analizados en totalidad por Albus y Scorpius, quienes no dejaban de mirarles.

-Cuídate, pelirroja- delicadamente acarició su rostro con la punta de los dedos y le sonrió, descaradamente- Te queda bonito- agregó señalando la curva que hacían sus pechos y donde brillaba en su totalidad el dije de zafiro- Nos vemos en otra ocasión- y se marchó, pasando por al lado de los mejores amigos y mirando a Albus con la burla dibujada en el rostro.

-Adiós Lorcan- se despidió ella sonriendo, ignorando la mirada de advertencia de Scorpius. Se encogió sobre sí misma y se volvió a colocar  los tacones con lentitud, ignorando por completo al padre de su hija y la mirada que le estaba dedicando.

-¿Qué hacías aquí afuera?- la preguntó  Albus, sin poder controlarse mucho más. A ella no le dolió la acusación implícita en aquella pregunta tanto como el tono de voz con el que había sido dicha. 

-Buscaba refrescarme.

-¿Con Scamender?- Albus estaba intentando ser un poco coherente, pero ella se lo estaba poniendo muy difícil.

-No precisamente.

El sonido de la fiesta pareció desaparecer a sus espaldas.

-¿Me estás tomando por idiota?- casi chilló.

-Saca las conclusiones que te peguen la gana- contestó entonces ella, alzando la cabeza para mirarlo directamente a los ojos.

Albus le miró desafiante, provocando que ella enseguida supiera que se estaba pasando en tratarlo así, ayudando a que él se cabreara más.

Sin embargo, cuando pensó que tal vez tenia la oportunidad de mejorar algo la situación tras pasar unos minutos en silencio, notó como los ojos del azabache  comenzaban a sacar chispas mientras miraba fijamente el collar que caía en su cuello y que él sabía perfectamente que antes de esa noche jamás había tenido.

-Quítatelo- ordenó.

-No.

-¿Qué?- Albus estaba a punto de estallar.

-Que no me lo voy a quitar- repitió.

Scorpius miró entre sí a sus mejores amigos y dio un paso hacía atrás, reconociendo que aquella discusión no le pertenecía. 

-¿En qué momento empezaste a recibir regalos de chicos?- siseó Albus.

-Desde el mismo momento que tú empezaste a dejarme de lado.

-¿A dejarte de lado?- Albus abrió los ojos como platos y avanzo un paso hacia ella decididamente- ¿Qué te he dejado de lado? ¿Acaso estás loca?

-¡No me insultes!- le contestó, apartándose al ver que él venía directamente hacía ella.

-¡Entonces deja de decir idioteces, Finnigan!- despotricó, apretando los puños a sus lados.

-¿Ahora vuelvo a ser Finnigan?- preguntó, alzando una ceja.

Destiny comprendía que estaba siendo irracional y eso solo provocaba a Albus, pero estaba tan cansada y molesta que no podía controlarse.

-Te mereces que ni siquiera te diga de alguna manera.

-¿Por estar con Lorcan?

-¡Exactamente!- y esta vez ambos pudieron notar una punzada de dolor pegar fuertemente en su pecho- ¿¡Por qué de todos los chicos del mundo tenías que encontrarte con Lorcan Scamender!?

-¿¡Qué tiene de especial!?- ella se sintió ofendida nuevamente con la acusación escondida detrás de aquella expresión.

-¡Que se parece a él!- chilló Albus ya dejando cualquier rastro de amabilidad lejos- ¡Que es igual a Lysander y sé que tú ya te has dado cuenta de eso!- se pasó una mano por la frente y volvió a mirarla- ¡Pensé que ya habías superado a Scamender! Que habías superar el pasado.

Adiós, Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora