Cambios

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Cualquiera hubiese supuesto que la historia terminaba ahí mismo. Destiny Finnigan finalmente olvidaría a Potter y este finalmente sería feliz. Pero lo que nadie podía llegar a suponer era lo que venía detrás de todo eso.  Los que seguían esa historia de amor, vieron destellos de esperanza a finales de Octubre.

Scorpius apenas había probado bocado en el desayuno, el asombro de lo que había visto en la cena aún le seguía rondando por la cabeza y eso provocaba que su estomago se cerrase de una forma que nunca le había sucedido, ni cuando había ido a conocer a Ron Weasley. A su lado, Albus comía despacio ya que sus esmeraldas estaban clavadas en el libro que descansaba en su mano libre.

-Hola chicos- aquella voz logró impactarlos. Incluso el rubio se atoró sin tener nada en la boca y el azabache casi había soltado su libro, dejándolo caer, de no ser por sus buenos reflejos- Siento haberles asustado- Destiny les miró con sus enormes ojos azulados y una tímida sonrisa apareció por las comisuras de sus labios- ¿Puedo sentarme?- preguntó señalando el lugar libre que había al lado de Scorpius, el cual asintió rápidamente, mientras dejaba la mochila en el suelo y se hacía a un lado.

Hace tiempo que ella no se comunicaba con ellos directamente, utilizando su propia voz.

-¿Volverás a hablarnos?- preguntó el rubio entrecerrando los ojos levemente mientras veía como ella se ruborizaba un poco y asentía- Eso está bien para mí- sonrió, feliz de saber poseedor de su amiga nuevamente- Rose se pondrá feliz de saberte nuevamente en el grupo...

-Scor, espera- le detuvo la pelirroja abriendo los ojos- Todavía no hemos hablado con...

-Por mi está bien que lo hagas- dijo Albus neutramente, sin quitarle la mirada de sus libro- Ya te lo había dejado en claro, ahora que estás sin esas idioteces de que estás enamorada de mí puedes llegar a ser mi amiga. Tema sanjado.

-Gracias, Potter- sonrió, utilizando esa expresión delicada que siempre solía llevar.

Albus lentamente clavó sus ojos en ella, pero ya no le veía a él, sino que sonreía de alguna cosa que había dicho el rubio.

Nuevamente hacía eso.

Le ignoraba.

Aquella primera hora tenían encantamientos, significado de que ravenclaw sería su compañero de salón.

-¿Cómo me veo?- preguntó de repente Destiny, provocando que ambos chicos voltearan y le mirasen con los ojos entrecerrados- Mi cabello, ¿está bien?

-No somos Rose, Finnigan- contestó Albus antes de seguir la marcha. Sin embargo algo le hizo detenerse. Hacía ellos caminaba Lysander con una sonrisa radiante dibujada en el rostro. Pero había algo más en sus ojos, algo que él supo descifrar enseguida. Era triunfo. Estaba triunfante de finalmente poder salir con Destiny.

-Hola- saludo el rubio un segundo antes de depositar sus labios sobre los de ella y tomarle de la mano de una manera suave y delicada, como si fuera a romperse- Veo que están nuevamente juntos- agregó al ver que ambos slytherin caminaban junto a su novia.

-Ahora si- dijo Scorpius abruptamente, mirándole sobre su hombro ya que era más pequeño- ¿Te molesta?

-Para nada- contestó abriendo la puerta del salón, dejándoles pasar- Mientras Destiny sea feliz, yo lo seré.

Albus pudo sentir como su mejor amigo suspiraba cansado, antes de seguir platicando con la pareja. Sin meditarlo mucho caminó hasta el lugar que acostumbraba ocupar y se sentó, esperando a su acompañante.

Sin embargo, cuando Scorpius se sentó a su lado, no pudo evitar abrir los ojos por la sorpresa.

-Pensé que...- dejo escapar un segundo antes de recorrer el salón buscando a Destiny, la cual en ese preciso momento se besaba con Scamender, sentada sobre su falda.

-¿Pensaste qué?- preguntó sus amigo mirándole, sacándole de su especie de hipnosis.

-Destiny...

-Me pidió que me sentara contigo- dijo hundiéndose de hombros- Pensé que ella querría hacerlo, por la costumbre... ahora que todo esta bien... pero resulta que prefirió sentarse con él.

El azabache abrió la boca para decir algo, pero rápidamente cayó en la cuenta de que no había mucho que discutir.

Lo había dejado de lado.

En la biblioteca, aquella tarde, los cuatro se sentaron y comenzaron a hacer su tarea.

Su mente trabajaba más de la cuenta y cada vez que iba a apoyar la pluma sobre el pergamino, esta dejaba una oscura mancha a causa de su fuerza.

No tenía control ya de las cosas que quería hacer.

-Rose- llamó Scorpius jalándole de la túnica. Su novia levantó la cabeza de y le miró sin entender- ¿Me acompañas a buscar un libro?

-¿Por qué yo?- preguntó la pelirroja entrecerrando los ojos. No le agradaba para nada la idea de tener que dejar de lado sus quehaceres.

-Porque eres una Granger y por lo tanto te sabes de memoria cada rincón de esta biblioteca- contestó, ganando la partida, logrando que su novia se levantase y saliera tras él.

Enseguida la pareja estuvo fuera, pudo empezar a sentir como el corazón le latía en los oídos.

-Quería pedirte perdón, Potter- dijo ella de repente, tomándolo por sorpresa, levantando la mirada y clavándola en él, logrando que hiciese lo mismo.

-Explícate- pudo decir, comenzando a sentir un leve cosquilleo en la parte baja de la espalda.

-Todos estos años... te he obligado a soportarme a mí y a mi intento de amor hacía ti- dijo, dejando escapar un doloroso suspiro- Enserio, créeme, cuando te digo he pensado mucho sobre todo esto y agradezco, de corazón, que me hayas dejado seguir siendo tú amiga... cuando antes creo que no lo era.

-Finnigan...

-No digas nada- le detuvo sonriendo de esa manera dulce que tanto le caracterizaba- Solo quería que supieses lo mucho que siento todo lo que paso entre nosotros y enserio me asegurare de poder ser la mejor amiga del mundo.

Tras decir esas palabras volvió a mirar su tarea, pero una pregunta le hizo detenerse en seco, provocando que volviese a mirarle.

-¿Enserio le quieres?- había preguntado Albus, sorprendiéndose a sí mismo tras escucharse. Sabía que su relación nunca había sido muy cercana, pero aquella pregunta había sido expulsada por una parte interna de él que nunca había conocido.

-No lo sé- titubeó, bajando la cabeza- Pero...- sus ojos volvieron a encontrase con los suyos, por tercer vez- Creo que podría enamorarme de él, Potter- confesó sin evitar que ese brillo apareciera en sus ojos, deslumbrándole.

Albus reprimió un jadeo.

Destiny le estaba olvidado enserio.

Adiós, Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora