-¡Destiny!- Ginny sonrió gratamente, al verle parada en la entrada de la residencia Potter. Hacía mucho tiempo que ambas pelirrojas no se veían, Ginny estaba intentando respetar la distancia que la chica estaba intentando poner para tratar de equilibrar sus sentimientos- ¡Que alegría verte!
-Hola, señora Potter- saludó Destiny, involuntariamente, mientras ingresaba.
-Nada de "señora Potter"- le reprendió mientras sacudía su dedo en dirección a ella- Eres como mi hija- le tocó el hombro con apremio y le sonrió nuevamente- Además, me harás abuela.
La joven Finnigan ciertamente jamás había visto a una mujer tan feliz con aquel hecho. Al menos dentro de sus allegados actuales y recordados. Claro, siempre las abuelas eran las que más consentían a sus nietos, pero Ginny Potter parecía simplemente irradiar energía al pronunciar aquellas palabras.
-¿Está Albus?- preguntó mientras ambas se sentaban en la sala.
-En este momento no- negó- Pero seguro llegará en cualquier momento.
-Es que tenía que hablar algo con él...
-Tranquila- le consoló- Yo tengo que terminar de organizar unas cosas que Harry me pidió, espéralo tranquila.
Ginny le sirvió una taza de té y tras esperar unos segundos sola en la sala, la curiosidad la llevó a mirar y terminar subiendo por las escaleras. Sentía aquellos pasillos tan conocidos, y sin embargo, para ella era la primera vez transitandolos. Algunas cosas habitan vuelto sin problema a su cabeza, mientras que otras aún no terminaban de acomodarse.
Se acercó involuntariamente a la puerta del dormitorio de James, y la sensación de comodidad la embargó por completo. Recorrió la estancia lentamente mientras algunas fotos le seguían paso a paso. Se detuvo al verse en una de ellas, una joven Destiny saltaba desde el costado del cuadro hacía la espalda de James y ambos daban un par de vueltas antes de sonreírle a la cámara.
Destiny pasó sus dedos por el rostro de ambos y sonrió. Parecían tan cercanos y unidos que involuntariamente se llevo las manos al pecho, sintiendo como su corazón comenzaba a latirle rápidamente.
-¿Encontraste algo que te interese?
De no hallarse quizás en el lugar más seguro de toda Inglaterra, estaba segura de que se hubiese desmayado por la sorpresa tras escuchar aquella pregunta. Volteó, algo desorientada, encontrándose con la mirada de Albus clavada en la foto que ella estaba observando.
Su corazón comenzó a latir muchísimo más rápido que antes.
Hacía dos semanas y media que había vuelto a la normalidad. Y la normalidad entre ambos, pese a tener al bebé creciendo a cada paso, se resumía nuevamente a ella intentar acercarse y él alejarse, aunque debía destacarse que Albus intentaba parecer un poco más caballeroso que otras veces cuando Destiny lo invitaba a hacer algo y él se negaba.
Tras un par de malos intentos por entablar una relación, ella se había resumido a mandarle lechuzas contándole avances sobre el embarazo y las cosas que iba sintiendo de vez en cuando. él siempre le agradecía la nueva información y le mandaba regalices de frambuesa, pero no había mucha más comunicación que aquella.
-Me asustaste, Albus- dijo luego de unos segundos, tras sentirse incomoda al ver que él no dejaba de observar de su foto con James- Tengo que hablar contigo- le avisó, sonriendo.
-Este no es mi cuarto- le advirtió, alzando una ceja- No ibas a encontrarme aquí. Sino a James.
-Ya- ella asintió, algo desorientada- ¿Tienes tiempo ahora?
-Vamos a mi habitación- dijo agarrándola del brazo y comenzando a llevarla hacía allí.
Destiny abría los ojos en cada paso que daba. Si había algo que sabía con certeza era que jamás había pisado la habitación de Albus Severus Potter.
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Adiós, Albus Potter
RomanceDesde el primer momento que lo vio sentarse en el banquillo de la selección supo que su corazón le pertenerceria a él durante toda la eternidad. Y a pesar de que muchos querían ser los que pudieran besar sus labios, todos sabían que ella solo le cor...