Comienzo

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Este momento, este lugar mal usado, errores. Por mucho tiempo, demasiado tarde, ¿quién era yo para hacerte esperar?

POV.- Mérida

Tenía un poco de frío cuando desperté. Y por despertar no me refiero a abrir los ojos, levantarme y eso. Sólo me desperté.

Escuché lo que estaba a mi la rededor, estaba acostada sobre una cama, con la espalda un poco levantada, y sentí algo en la cara. Me dieron ganas de rascarme, pero al querer mover la mano sentí algo en mi dedo y entonces abrí los ojos.

No de golpe, pero si lentamente.

Un resplandor blanco, y una vez con los ojos completamente abiertos me hizo darme cuenta de que no estaba en casa, en mi habitación, estaba en un hospital.

Y estaba sola en la habitación.

Entonces recordé todo de golpe. Alguien había entrado a casa, y me había golpeado. Trataron de matarme.

El simple pensamiento me aterrorizó. Me miré a mi misma, mi pie izquierdo estaba levantado un poco colgado de algo encima mío y lo tenía vendado. Al intentar moverlo sentí un dolor horrible.

No pude evitar gemir de dolor e incorprarme de golpe tomando mi pierna con las manos. Dolía horrible. Y el dolor se multiplicó por mil cuando me incorporé. Sentí un dolor horrible en el pecho y abdomen. Me dejé caer de nuevo sobre la cama cerrando los ojos con fuerza.

Me miré los brazos descubiertos, y mi brazo izquierdo, con ligeras heridas que ya estaban desapareciendo y una que otra cicatriz poco visible.

Mierda. Me avergoncé al instante. Obviamente los médicos y enfermeras vieron que me autolastimo. Querrán llevarme con un psicólogo o algo así.

Una razón más para que mi madre se averguence de mi.

No podía levantarme, evidentemente. Así que debía esperar a que algún médico o enfermera entrara.

Y no pasó ni un minuto cuando la puerta se abrió y entró una mujer de no más de veinticinco, al verme despierta corrió hacia mi sorprendida.

-Hola Mérida, soy tu enfermera, mi nombre es Mavis.

-Te ves muy joven para ser enfermera.- fué lo primero que dije y ella sonrió.

-Soy practicante, estoy haciendo mi internado.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- pregunté mirándola a los ojos. Tenía unos bonitos ojos azules que sobresalían gracias a su pálida piel y cabello negro.

-Dos días, hace dos días te trajeron al hospital. Llegaste con un esguince en tu pie y dos costillas rotas. Además de otras heridas por el resto de tu cuerpo.

Dejé de poner atención después de que dijo dos días.

-¿Llevo dormida dos días?

Ella asintió con la cabeza.

Continuó haciéndome preguntas, si sentía dolor, si me dolía la cabeza, si tenia náuseas y luego se marchó.

Como quince segundos después entraron mis padres junto a Mary Katherine.

Mi hermana fué quien se acercó de prisa a mi y tomó mi mano.

-Mer, que bueno que despertaste. Me tenías muy preocupada.- dijo ella casi comenzando a llorar.

-Ya estoy bien Mary.- le dije con una leve sonrisa tratando de calmarla.

Mi padre me miraba como con nostalgia, aliviado. En cambio mi madre, estaba seria y con los brazos cruzados.

-¿Atraparon al hombre?- pregunté con la esperanza de que alguno de los tres respondiera.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2019 ⏰

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