Capítulo 30

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Si antes anhelaba o deseaba que el viniera en mi búsqueda o que simplemente se apareciera, en este momento, pedía exactamente todo lo contrario. Cuando Owen atravesó las puertas, y se dio cuenta de lo que tenía en frente, supe que su cerebro inmediatamente comenzó a maquinar todas las formas posibles que tendríamos de escapar de aquí, o solamente de salir ilesos.

Pero nunca lograría pensar lo suficientemente rápido como para que un demonio no decidiera actuar por su cuenta. Un segundo más tarde de que mi mirada conectara con la suya, tenía un enorme brazo rodeando mi cuello y elevándome completamente del suelo.

Cerré los ojos, anticipando lo que vendría.

Volviendo a abrir los ojos deje caer el bloqueo para poder ocupar todas mis fuerzas en la pelea que se avecinaba. Cuando Arden dio un paso adelante preparado para liberarme, el esbirro que estaba detrás de nosotros, se lanzó a por él. Wade y Nicole intercambiaron una mirada que no supe descifrar, y luego ella asintió y cerró los ojos, extendiendo los brazos, abriendo las palmas de sus manos hacia arriba.

Wade se colocó delante de ella, dándole la espalda, protegiéndola y por lo que pude deducir, impidiendo que nadie se acercara a ella.

Paris corrió hasta donde se encontraba Owen, aun cerca del ascensor. Lo empujo fuera del camino y luego le dio una patada al panel de control de la bestia mecánica, haciéndolo añicos. Bueno, no podía decir que eso haya sido mala idea, pero definitivamente eso no había estado en mis opciones de escapatoria. Lo que me hizo pensar, que nada estaba predestinado, podríamos cambiar el final.

Owen me devolvió la mirada y aun estupefacto, comenzó a correr en mi dirección. Y yo, aun presa de movimiento por el gran demonio, puse en práctica cada movimiento que había aprendido. Olvidando por un momento lo que hacían los demás, levante mis manos para aferrarme al gran brazo que me estaba quitando la respiración. Una vez que logre capturarlo firmemente, columpie mis dos piernas a la vez, hasta que con una fuerza catalogada como nueva, me eleve logrando atrapar la cabeza del demonio. Con un ágil movimiento, le hice palanca a su brazo y cuando logre quitármelo de encima cambie la posición de las piernas, quedando sentada sobre sus enormes hombros. El demonio gruño y luego tomo mis piernas con sus manos, y retrocedió con velocidad, logrando así impactar brutalmente contra una pared.

El aire escapo a borbotones de mis pulmones y vi todo negro por un momento. Mientras me recuperaba, observe como Owen, barría las piernas del demonio con una patada seca. Me prepare para el impacto, pero alerta para que, una vez que cayera y sus manos disminuyeran la presión, pudiera liberarme.

Tal como había predicho, volví a impactar contra el suelo, pero esta vez libere mis piernas y rodee hacia la derecha, me levante y le di un vistazo a mi entorno.

Arden y Wade se ocupaban del otro demonio, mientras que Paris y Nikki se encontraban frente a las puertas abiertas del ascensor, esperando algo que no lograba entender. Tuve que regresar la mirada al frente cuando escuche un jadeo de dolor.

El demonio se había vuelto a levantar, me daba la espalda y se enfrentaba a Owen. Este tenía que levantar la cabeza para poder mirarle a la cara. Cuando el gigante se lanzó hacia adelante, con la clara intención de derribar a Owen, con la última gota de energía que quedaba en mí, me obligue a implantar en su mente mediante un control mental, una imagen de él siendo embestido y noqueado por detrás. Unos segundos después, sus rodillas se doblaron e impactaron contra el suelo con un sonido escalofriante, para luego caer hacia adelante completamente fuera de juego.

Y, como había sucedido con Owen, sabía que el efecto no duraba por demasiado tiempo.

Owen me dirigió una mirada que prometía una larga conversación, antes de girarse hacia los demás. Mientras ayudaba a Arden y Wade a acabar con el segundo demonio, yo corrí hasta donde estaban Paris y Nikki.

--¿Qué esperan?--pregunte recuperando el aliento.--¡Tenemos que irnos!

--Colin aun no llega y si derribamos el ascensor, los otros demonios encontraran la manera de llegar hasta aquí.--explico Nikki, y recordé que era su hermano.--Pero si lo dejamos aquí, lo mataran.

--¿Dónde está Colin?--inquirí, mientras pensaba rápidamente nuestras opciones, no eran muchas y pocas de ellas servirían, pero estaba segura que la ayudaría a sacarlo de aquí. Si fuera mi hermana ella haría todo por ayudarme, como lo estaba haciendo exactamente ahora.

--En las puertas del ascensor a dos pisos de aquí, todos los demás demonios están a cinco pisos.--contesto con ansiedad. Entonces entendí lo que había estado haciendo hacía unos minutos, estaba invadiendo a Colin, con la conexión que ellos tenían, había visitado su cuerpo y visto donde se encontraba.

Voltee a ver a los demás, los dos demonios estaban inconscientes en el suelo, mientras que los tres abrían las puertas y giraban sus cabezas en mi dirección.

--Derríbenlo, tres pisos de diferencia nos darán unos segundos de ventaja, cuando lleguen estaremos cruzando esas puertas.--asegure, confortándola con la mirada.

Asintió hacia Paris y esta se adelantó, no sin antes decir:

-Dos de ustedes preparen los coches para huir, y uno quédese por cualquier cosa.-luego de eso, apoyo las manos sobre el marco de la puerta y miro a Nikki.--Dile que esté preparado.

Nicole asintió y se alejó unos pasos de nosotros, para volver a conectarse con Colin. Regrese la mirada a Paris cuando el suelo comenzó a temblar, en buscas de respuestas mire hacia el otro lado y solo Wade me regreso la mirada.

--Es ella.--aseguro.--Tu ven aquí, acércate más a la salida.

Camine recelosa hacia él, alterando la vista entre ellos tres.

--No dejare a nadie atrás, no intentes sacarme si las cosas se ponen feas.--advertí lenta y amenazadoramente.

Desvió la mirada y supe que era exactamente lo que tenía en mente.

Un segundo después, el temblor se intensifico y el estruendoso chirrido del metal descendiendo me llevo a taparme los oídos. Luego de eso, una sombra a la velocidad de la luz hizo su aparición a pocos centímetros de Nicole, que se recuperaba de su trance.

--¡Larguémonos de aquí, en este instante!--un alterado Colin, tomo a su hermana por el codo y la arrastro hacia la salida con Paris pisándole los talones.

Espere a que ellos pasaran delante de mí, y Wade espero a que yo pasara delante de él, pero, como siempre, nunca eres más rápido que un demonio que tiene un propósito marcado. Cuando mi pie estuvo a escasos centímetros de la salida, sucedió.

No fueron miles de demonios los que me impidieron salir de aquel lugar, fue uno solo. Ni siquiera miles de armas, un control mental o un simple golpe. No, lo que me detuvo en mi lugar fue la amenaza proveniente de una voz, que creí que jamás podría olvidar, pero recién en este momento logre recordar.

--Si te vas, perderás la única oportunidad de recuperar a tu madre.--dijo una voz a mis espaldas.

No fue hasta que me di la vuelta, que recordé una frase que siempre repetía mi padre.

Elimina lo imposible, y lo que quedé, aunque sea improbable, será la verdad.

Fue entonces cuando aquello cobro sentido, y pude darme cuenta, que no había puesto en práctica esa frase. Todo el tiempo, tuve las respuestas a mis preguntas delante de mí.

De pronto la negrura de mis recuerdos perdidos encontró una voz y le puso un rostro.

¿Cómo recordé esas palabras?

Porque la voz que aún retumbaba en mi cabeza, y el rostro que estaba frente a mí era el mismo que me repetía esa frase hace doce años atrás.

 Mi padre.

E inesperadamente, todo lo que creía imposible, dejaba de ser improbable, y se hacía verdad.

Fin del primer libro.

Endemoniadamente ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora