El Libro Perdido © |Luke Hemmings|

Capítulo 1

2014

«"A veces no sabrás quién se cruzará en tu camino, mucho menos quién se quedará."

No todas las personas están predestinadas a quedarse en tu presente, aunque permanezcan en tu pasado. Pero jamás sabrás quién llegará, con quién te encontrarás o en quién se convertirá en tu vida una vez que entre. Solo sabes que se puede ir, como también volver, pero no sabes el cuándo.
Dicen que existe el destino, otros, las coincidencias. Yo, a mi parecer, existe ese destino, esa fuerza invisible pero existencial que une o coloca a alguien en tu vida.

Las cosas suceden por una razón, nosotros hacemos esa razón. Aunque jamás pueda ser comprobado científicamente; un gran desconocido, mañana puede ser la persona más importante de tu vida, y de igual forma, quien creías que siempre estaría a tu lado, mañana tal vez ya no este, pero no lo sabes hasta que sucede. Simplemente no lo esperarás, y no estarás listo, nunca lo estarás. Jamás se está preparado para perder a alguien, mucho menos para dejarlo ir. ¿Te has preguntado cuantas personas han llegado a tu vida? Y, ¿cuantas han permanecido? ¿Cuantas se han ido? Pero quizás no tengas la respuesta nunca.

A veces, suele pasar, que pensamos en lo que nos pasó, constantemente el cerebro repite los buenos y malos sucesos que ocurrieron a lo largo del tiempo, ya sea hace poco o mucho, pero se procesa en la mente la imagen de lo que sucedió y los sentimientos que sentiste se hacen un recuerdo. Y los buenos, que siempre quieras recordar, constantemente seguirán reproduciéndose -preferiblemente a la hora de dormir, cuando estás en la cama y piensas en todo lo que te ha pasado en el día, días anteriores o lo que te gustaría que pasara-, hasta que en un momento determinado ya no se siga reproduciendo, porque ya no sería necesario, habrá más recuerdos con el paso del tiempo. Pero hasta entonces, estará allí presente en el momento en que lo necesites, tal vez ya no haga el mismo efecto, o tal vez sí, pero sin importar qué, el recuerdo está allí, siendo un recordatorio de algún feliz momento vivido, y que ahora es eso, un recuerdo.

A medida que crecemos, pasa el tiempo, las cosas, lugares y personas cambian, todo cambia, pero siempre está ese momento en el que por más tiempo que haya pasado, debido a algún objeto, imagen o acto, recordarás a alguien o algo, un acontecimiento, sentimiento, objeto o lugar. Siempre hay algo que formula un recuerdo.

Solemos tener recuerdos de las personas que conocemos, incluso de las que en realidad no conocimos. O tal vez ya no recordemos esa cara que dejamos en el olvido, lo que es de esperarse. Aunque siempre está esa opción inconsciente de recordar, no puedes asegurar que no olvidarás, porque el olvido es lo más común en el ser humano. Es un hábito, aunque no sea nuestra intención olvidar. Aunque a veces, nunca olvidamos.»

Terminé de escribir en la hoja, conforme con mi trabajo. Solía escribir casi siempre en hojas o cuadernos, específicamente hojas que guardaba entre libros o un cuaderno que tenía específicamente para ello y escribir, en los que planteo mis ideas y pensamientos. Solía  escribir desde que tengo trece años. Particularmente me parece una de las mejores cosas. Mi cuaderno azul -en el cual escribía todo-, era prácticamente mi diario. Casi siempre lo llevaba conmigo. Era demasiado poética y supongo que no había salido de esa etapa y que además del hecho de que escribir estaba en mis venas: mi abuelo fue un escritor, ideó varios libros en los que plasmó sus grandes y múltiples pensamientos. Era un hombre con mucho talento e imaginación. De hecho, era tan sabio que no cualquiera entendía el significado de sus escritos, las personas tenían que leerlos varias veces para comprender su significado. A fin de cuentas, a mi madre también le gustaba escribir cuando joven.

Posiblemente mi talento -como solían llamar a algunas personas-, era heredado por mis progenitores. Pero esa posiblemente es otra historia.

Me levanté de la silla dejando la blanca hoja en el escritorio, pronto le encontraría lugar de estadía -donde probablemente sea olvidado o quede siendo un simbólico recuerdo y recordatorio de algo o alguien-.