Capítulo 29

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La mañana del viernes había comenzado bien, pero desgraciadamente caí en un abismo luego de cierto suceso. Había dejado a Seth en la puerta de su salón deseándole suerte. El jueves habíamos practicado mucho, le había colocado decenas de ejercicios y había mejorado grandemente, por lo que sabia anteriormente.

Di la vuelta en el pasillo y choqué con una chica, compañera de estudio. Su cuaderno y libro cayeron al piso. Me miró con desagrado y obstinación. Traté de alzarle sus cosas, pero las levantó ella misma rápido y de mala gana.

-Agh, fíjate, Alicia. -dijo bufando mientras se levantaba.

-Pero... -traté de disculparme.

-Ahorratelo. -me interrumpió- No a todos les agradas, Alicia. -me miró mal y dio la vuelta.

Me dejó allí parada. Con mi rostro perplejo y muchas dudas me quedé allí.

¿Por que me había dicho eso y tratado así? ¿Yo le he hecho algo?

Es cierto que no le agrado a muchos, por diferentes razones, por mi actitud, mi forma de ser, hechos del pasado. Pero yo no les agradaba...

Muchas personas me odiaban. Muchas chicas me habían mirado mal desde el pasado, por algo que yo ni sabia. Solo veía sus expresiones de "Yo soy mejor que tu" y siempre seria así.

Las personas cambiaban, y quien una vez fue mi amistad ahora son personas totalmente desconocidas, que aparentemente, olvidó todo lo que alguna vez le dijiste. Esos actos rompían el corazón. Y los estaba comenzado a recordar, si bien era cierto que alejé a muchas personas, hubo otras que me apartaron. Y eso jamás estaría bien. A veces, uno se pregunta una y otra vez como una persona puede abandonarte o apartarte de su vida como si jamás se hubiera sabido del otro. Yo no podía ser así, yo tenía sentimientos y yo siempre sentía. ¿Como podría yo hacerle algo así a una persona? Yo odiaba hacerle daño a las personas, aunque fuese por accidente, pero yo simplemente no podía ser mala.

Sin embargo, muchas personas tenían malos pensamientos de mi. Yo ayudaba a quien pidiese mi ayuda, y le hablaba a quien me hablase, no me gustaba ignorar, y mucho menos ser ignorada. Pero no siempre es como uno quiere. La mayoría de las veces no me importaba lo que pensasen de mi, porque principalmente yo sabia quien era. Pero odiaba cuando me importaba, odiaba que mis padres me hubieran criado de modo que fuese importante como me viera y como me vieran. Y yo lo detestaba.

El resto del día estuve con la cabeza baja y sin querer hacer nada, solo quería ir a la cama, cerrar los ojos y decirme que todo estaría bien.

Hoy me había fijado de que muchas personas me rechazaban, en general. Y yo me sentía pequeña al estar consiente de ello y que me importase.

Cuando Seth salió de su examen corrió a abrazarme y a decirme que había estado excelente, y que me lo agradecía todo. Yo le respondí que no había sido nada con una desganada sonrisa. Pero él frunció el entrecejo y preguntó que me ocurría, y respondí que nada.

Sebas también me había insistido en que me pasaba, pero no tenia ganas ni animo de contestarle, por lo que estuve evitándolo. Will estaba desaparecido. Como Nicolett y Wendy. Una semana antes de las vacaciones de otoño y ya todo el mundo estaba estresado haciendo y entregando tareas; al igual que con sus cabezas en los libros locos por aprobar sus exámenes. Yo estaba bien, aunque si un poco estresada. La semana que viene eran los exámenes de finales del primer trimestre y estaba nerviosa, tenia que estudiar mucho. Y el trauma psicológico y estrés no eran bueno juntos, estaba cansada.

El Libro Perdido © |Luke Hemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora