Capítulo 9

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—¡Alicia! Suelta ese libro, ya han tocado la campana de salida —me regaña Nicolett mientras pasaba rápidamente por mi lado, dándome un pequeño empujón con la mano.

Levante la mirada y vi a las personas pasar, el libro de lectura que estaba ojeando lo adentro rápidamente a mi mochila, de mi mochila saco un libro y lo coloco dentro del casillero, pero luego algo cae al suelo, una imagen, al colocarme de cuclillas veo que es una foto de Claudia y de mí.

La mañana del lunes fue cuando se fueron mis tíos y primos, en un momento estaba en la cocina despidiéndome de la tía Jael que le hacia el desayuno a los chicos, los cuales ninguno estaba despierto en el momento. 

Me voltee para subir a mi cuarto y cuando di la vuelta casi choco con Tim, el cual me dijo que me fijara por donde camino, ya en mi habitación agarre mi mochila y me incline a una dormida y cansada Claudia, “Ya me voy hermosa, suerte el viaje a casa, adiós” le dije, y bese su cabeza, “Adiós Alice” susurro aun dormida. Me reí y le removí el cabello, para luego dirigirme a la puerta de mi cuarto, antes de salir por esta le eché una última mirada a Claudia y sonreí, entonces salí rápido de la habitación. 

—Apresúrate Alice —dijo burlonamente Will, pasando por mi lado.

Le mire mal de forma divertida, me coloque de pie y coloco la foto en el lugar que iba, en la puerta de mi casillero, junto a muchas otras mías, de mis amigos y amigas conmigo y, e igualmente imágenes de mis gustos y preferencias, tenía todo un collage allí dentro, luego lo cierro y cuando coloco la mochila sobre mi hombro, un brazo también se posiciona sobre este.

Y cuando volteo recibo una hermosa sonrisa de Sebastián, le sonrío igualmente y comenzamos a caminar a la salida de la institución. 

Sebastián tenía ojos azules y cabello negro, también era realmente blanco como yo, y era más alto que yo, o tal vez casi todos eran más altos que yo. Algunos decían que éramos/seriamos la pareja perfecta.

Saque el teléfono de mi bolsillo, primero vi la hora, las tres y dos de la tarde, justo abajo decía la fecha, martes dieciocho. En la pantalla se mostraba un mensaje.

Luke Hemmings:

“¿Ya estas lista?” 

A lo cual respondí:

“Saliendo”

De acuerdo, los últimos días el chico de ojos azules y yo hemos hablado bastante. Últimamente nos escribimos mucho en las tardes y noches, y puesto a que el ojos azul me había invitado a salir el día del cumpleaños de Tim, ayer habíamos quedado en que pasaría por mí luego de la escuela para estar el día juntos. Luke es realmente bueno, divertido y hay algo de su forma de ser que llama mi atención.

Camino junto a Sebastián, mientras pasamos por las grandes puertas veo allí en la punta de las escaleras a las chicas, Will se posiciona a nuestro lado y me sonríe.

Levanto la mirada para ver a lo lejos, ya que estamos para comenzar a bajar las escaleras, miro al frente, y me encuentro con una de las tantas cabelleras rubias, pero con unos ojos azules tan característicos de él, me mira atentamente y yo le sonrío, está parado justo al frente de la entrada de la institución, recostado en el espaldar de una banca, mirándome atento. No lleva un uniforme escolar puesto, por lo que me da curiosidad saber el porqué, ya que todas las instituciones salen a las tres de la tarde. Él está usando un pantalón de jeans negros, una simple sudadera y también lleva una chaqueta, en los bolsillos de esta tiene sus manos.

—Sebas —le susurro, él mira al frente pero sé que me está prestando atención porque inclina su oído más a mí- allí esta.

Veo como mira al frente, posiblemente buscándolo con la mirada.

El Libro Perdido © |Luke Hemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora