Capítulo 8

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Me encontraba en el porche de mi casa con Claudia. Ella sentada en una de los sillones amueblados y yo en el barandal de madera. El techo igualmente era de madera, mi casa siempre ha sido un poco hogareña pero moderna y contemporánea al mismo tiempo, aunque en otras palabras, simple.

El día estaba realmente soleado y caluroso, bueno, así es Sídney. Por lo que me encontraba usando un corto short de mezclilla y una blusa blanca sin mangas, y que dejaba ver parte de mi abdomen. Tenía colocadas unas gafas de sol, mi cabello recogido en una cola alta y como calzado unas sandalias de tiras blancas. Sé que por lo general suelo ser tímida, pero digamos que sigo siendo una chica normal australiana, y con la temperatura siempre hay ciertas excepciones. 

Claudia, igualmente usaba un short y una simple blusa, con converse rojas. La diferencia era que Claudia era castaña, un poco claro. Su cabello estaba suelto y era liso. Sus ojos café claros, ella era realmente hermosa. Ella tenía quince años mientras que yo diecisiete, era mi pequeña prima. Aunque éramos diferentes en aspectos físicos, y nos veíamos un par de veces al mes, éramos muy unidas.

Eran las once de la mañana, y esperábamos a Will. 

Me había despertado a las ocho, cuando mire a la cama/colchón de Claudia, ella ya no estaba y el sol traspasaba las finas cortinas, iluminando todo el cuarto. No quería levantarme, maldije en mi mente y con los ojos medio cerrados busque el teléfono tocando sobre la mesita de noche, la hora marcaba las ocho y dieciséis y tenía varios mensajes de texto. El primero que abrí fue el que tenía como emisor "Will", su mensaje fue:

"Buenos Días bella durmiente, de verdad le pregunte a las chicas y están encantadas por salir contigo, también les mencione a tu prima (No me molestes con eso -.-) Escríbeme para cuando leas el mensaje, dime la hora para cuando las busco."

Sonreí y reí al leerlo. Le conteste algo simple como un "De acuerdo" y un "En un rato te digo". Me gire en la cama de forma de quedar boca arriba y seguí con el siguiente mensaje, Megan. Leí este y le respondí, nada importante, era simplemente lo de siempre y la conversación que había quedado pendiente de anoche.

Otro era de Sebastián, preguntando como estaba y que tal había estado la fiesta de Tim. Solía escribirme siempre, casi todos los días/noches. 

Bien, Sebastián, o Sebas, es mi otro mejor amigo además de Will, inseparables y divertidos, así éramos nosotros. Los quería mucho, al igual que los apreciaba.

Los demás mensajes no tenían mucha importancia como para ser mencionados. Uno era de Wen saludando. 

Luego de dejar el celular a un lado, mire alrededor, y estrelle mi cabeza sobre la almohada perezosamente.

—¿Hace cuánto no vas a la bahía? —pregunta Claudia.

Yo miro los carros que pasan por la carretera y nuestro entorno.

—No lo sé, semanas. Hace un tiempo, además extraño las primas de Will —respondo.

—¿Que tal son ellas? ¿Crees que les agrade?

—Por supuesto que les agradaras, eres muy amable y extrovertida, lo mejor de ti, es que puedes hablar con cualquiera, de cualquier tema. Eres muy sociable, Clau.

—Gracias, Als.

—De nada, y sobre como son, ellas también son bastante agradables, son amistosas. Además, una tiene tu edad y la otra es un año menor.

—Oh, entonces nos llevaremos bien.

—Claro —digo mientras le sonrío.

—¿Cómo es que eran sus nombres? —pregunta.

El Libro Perdido © |Luke Hemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora