Capítulo 20 (Parte 2)

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En estos momentos me encontraba tirada en el sofá, la cena había sido hace un par de horas, y ya había lavado los platos y limpiado la cocina. Estaba realmente agotada de mi día y de no obtener muchas ideas.

Tim estaba tirado junto a mí mientras le acariciaba el cabello. Ambos veíamos televisión.

Comenzaron a pasar un programa de la anorexia, imágenes de personas huesudas, artistas y páginas que apoyan ello, y que incluso dicen que es una forma de vida.

-Esas personas dan asco. -comenta Tim.

-Sí, es asqueroso. Esas chicas arruinan su vida.

-¿Por qué lo hacen? -pregunta Tim.

-Porque creen que se ven lindas, pero estar delgada no es la perfección.

-Se ven horribles.

-Sip. -afirmo.

-Tú no eres como ellas, Alice.

-Claro que no. Soy delgada, pero no huesuda.

-Y así eres linda. 

-Gracias, hermanito. -le digo mientras le acaricio el cabello, luego le beso allí.

Esas chicas se veían horribles, arruinaban su vida. Esa no es la perfección, la perfección es ser uno mismo, vivir bien, con los gustos de uno. Uno no puede privarse de gustos, morirse de hambre y/o andar vomitando la comida, u ocultarle a sus padres su mala alimentación. Pienso que una de las cosas que hacen esas cosas debería de buscar ayuda. Porque eso es una grave enfermedad mental. Y lo digo porque he tratado con ella personalmente.

No es que yo haya sufrido alguna enfermedad como bulimia, anorexia o algo parecido. Por supuesto, cuando adolescente tuve muchos malos hábitos, pero nada que no fuera superable. Pero si he tratado con personas que padecieron tales enfermedades, y es horrible, ver como una persona se ven en el espejo y están delgadas, pero se ven gordas ¡Es una gran estupidez! Por Dios, estas delgada y hermosa, ¿Cómo te puedes ver mal? ¿Por qué no ves lo que yo veo? Pero esas personas están cegadas por la enfermedad, es algo completamente horrible y no se lo deseo a nadie. A lo largo de mi adolescencia ayude a muchas personas, he sido psicóloga personal, pero como toda psicóloga adolescente, no sé exactamente como resolver mis problemas.

Cuando pensaba en esta enfermedad me daba mucha ira, porque no le podía demostrar a las personas del otro lado de la pantalla que así estaban bien y que eran hermosas, que se les veían los huesos, que eso no es perfección, y que necesitaban alimentarse bien.

Todo se trata del aspecto, de cómo luce el cuerpo, nuestro rostro y muchos más prejuicios en los cuales yo no estoy. Ya estaba claro que yo odiaba la sociedad. 

Porque cuando la sociedad deje de ser prejuicios y perfección, todos seremos felices.

Y es una lástima que la realidad sea que eso no cambiará.

Las personas merecen más que ser juzgadas, no todo es moda, tendencia, marca, dinero, maquillaje, belleza, puesto social. No, de eso no se trata la vida. Si te gusta la moda y todo eso, está bien, te gusta, pero no debes de depender de ello como punto de vista de la gente hacia ti. Si te ves linda, te ves linda. Si estas cómoda, estas cómoda. Y eso es todo, tan simple como eso.

Por mi parte, no me importa que digan los demás de mí, porque yo sé quién soy, y sobre todo quien quiero ser en esta vida, no puedo depender de opiniones o gustos ajenos, porque esta es mi vida, y no la está viviendo nadie más que yo.

Soy una chica simple y me hago valer. Me gusta ser quien soy, no soy perfecta, pero puedo ser feliz con mis imperfecciones, porque de eso se trata.

El Libro Perdido © |Luke Hemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora