Encadenados (Malec Mpreg)

5. El mundo cambió

Alec se sentó en el sofá, sus ojos entrecerrados hacia Magnus que aprovechó el lugar para sentarse a su lado. Su mano todavía estaba extendida, una pequeña sonrisa en sus labios.

—No quiero un hijo así —dijo Alec, después de un suspiró—, y-yo... Mis papás murieron hace tiempo, yo siempre... —se hizo un nudo en su garganta que le impidió seguir.

Magnus sintió su corazón encogerse, se acercó más a Alec y tomó su mano. —¿Tú querías hacer lo correcto? Yo también. Mi mamá murió cuando yo nací, yo también crecí y vi el mundo cambiar, ¿cuántos años tienes?

—Diecinueve.

—Yo también. Tú y yo nacimos en un mundo que cambió de un momento a otro, la humanidad se está acabando. Yo también tenía ese sueño, encadenarme a una mujer y traer más personas al mundo. Porque eso era lo correcto, ¿cierto?

Alec hizo una mueca. No esperaba que un desconocido lo entendiera tan bien.

—¿Por qué nosotros?

Magnus dejó su índice arrastrarse sobre la mano de Alec antes de alejar la suya. —No lo sé, pero sucedió. El mundo está cambiando, tal vez también cambie la forma de pensar, lo "correcto" o "normal". Tal vez no está mal estar con alguien de tu mismo sexo, ahora somos tú y yo, después pueden ser otros, u otras, incluso libremente. Ya escuchaste a la doctora, después de un embarazo seremos libres.

—Pero...tú dijiste...

—Si lo logramos, no pienso dejar a mi hijo aquí, no voy a cambiar de opinión sobre eso.