Encadenados (Malec Mpreg)

115. Planes

Un par de días después de su primera llamada con Alec, Magnus se lo pidió a Etta: —Quiero ver a Cat.

Etta incluso había dejado caer algún instrumento médico que resonó demasiado en el silencio de la habitación.

Etta tardó demasiado –mucho más de lo necesario– en recogerlo. Sus manos estaban temblando y su corazón latía acelerado, mientras pensaba qué decir... ¿Qué decirle a Magnus?

No quería mentirle, pero no parecía la mejor idea contarle todo ahora.

—¿Etta? —Magnus estaba tratando de bajar solo de la camilla, su propio corazón latiendo con miedo—. Tú me dijiste... Dijiste que Cat estaba bien... ¿E-Era... Era m-mentira?

Etta cerró los ojos, aferrando entre sus manos la jeringa que contenía el medicamento para Magnus.

—¿Etta? —la voz de Magnus rota por el llanto provocó también las lágrimas de Etta—. P-Por favor.

Ella se puso de pie, dejando en algún lugar cualquiera el medicamento, y se acercó a Magnus. —Vuelve a la cama. Todavía no estás lo suficientemente bien para andar caminando como si nada... —y todavía no lo miraba mientras lo empujaba suavemente.

—Mírame —Magnus aferró con sus manos las de Etta—. Por favor, mírame y dime la verdad. No importa cuál sea. Yo necesito saberlo. Por favor —insistió cuando ella sólo lo miró—, de cualquier manera, cuando salga, voy a enterarme...

Etta respiró profundamente, su aliento temblando. —Hice lo que pude...

Mal comienzo.

Lo supo por el sollozo de Magnus. —N-No... ¿Cat e-está...?

—¡No! —Etta también lo gritó, casi al instante, cuando entendió su error—. No, Dios, no. Catarina está bien, es decir, viva. Ella está viva...

Porque decir "Bien" era... Inexacto.

Ella no estaba bien.

—¿Viva? —Magnus seguía temblando, esperando.

—Hice lo que pude —repitió Etta, esta vez mirando a Magnus, tomando sus manos entre las suyas—, hicimos todo lo que pudimos. Era riesgoso, creo que ya lo sabíamos. Sólo quisimos, quise, yo quise y fue mi error, creer que estaba mejor. Debí tener más cuidados y...

—No fue tu culpa —Magnus siempre tan noble.

—Catarina no está bien. No te asustes, físicamente está bien. Su cuerpo se está recuperando. Pronto podrá salir, simplemente habrá algunos cuidados mientras su organismo se recupera de la pérdida...

—¡¿Qué pérdida?! ¿La bebé? ¿Ella...? —Oh Dios, Magnus sintió náuseas. Si la bebé murió porque él no se dio prisa, porque no pidió ayuda a tiempo...

—Sshh —las manos de Etta apretando las suyas lo dejaron respirar de nuevo—, déjame terminar, por favor —Miró la maquina, reflejando el latido acelerado de Magnus—, si sigues así, van a venir a ver qué te estoy haciendo.

Magnus negó, sin poder hablar. Necesitaba saber qué pasaba con Cat.

—La bebé está bien... Lo prometo —agregó ante la mirada escéptica de Magnus—, lo juro, está bien. No mentiría sobre algo tan importante. Y estará pronto con Catarina. Calculo que en tan sólo unos días más, quizá esta misma semana. Simplemente no será como esperábamos...

—¿Cómo? Tu dijiste "La pérdida"...

Etta asintió. —Hubo complicaciones, cariño. Catarina...ella no volverá a ser madre, su cuerpo... Hubo pérdidas y daños irreparables. Catarina formará parte de la Clínica en cuanto salga de su habitación. Ya no volverá a su vida habitual.