46. Mis hijos

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Alec se había sentido como aquella primera vez que se emborrachó a escondidas con Jace e Izzy.

Había sido horrible y emocionante. Emborracharse esperando que sus padres no los descubrieran. Sentir su cabeza y su cuerpo como flotando, a la deriva, su mente como adormilada. Pero, a la vez, sus sentidos se sentían despiertos, muy despiertos. Cuando la puerta de la entrada se cerró, había resonado fuerte en sus oídos, su piel estaba sensible, se erizaba mientras escalofríos lo recorrían, en su lengua seguía el sabor dulzón del vino que habían bebido, y no podía dejar de reír.

Y ahora, después de haber besado a Magnus, se sentía así. Algo así.

Su estómago estaba lleno de mariposas, en aquella ocasión había sido por los nervios, ahora era por la emoción de haber dado su primer beso. Habia dejado de tener importancia que fuera a un hombre.

Su piel se sentía caliente, como si algo ardiera en sus venas. Y quemaba ahí donde el cuerpo de Magnus encajaba en el suyo cuando se acurrucó contra él.

Alec no podía dejar de sonreír. Las mariposas en su estómago parecían subir hasta su garganta y pedir salir a risas. Nunca pensó que un beso lo haría tan feliz.

Ahora entendía lo que los Soñadores, y el resto del mundo, decía sobre besar al indicado. ¿Podía su encadenado ser su indicado?

Y en su boca, como aquella vez permaneció el sabor del vino, ahora estaba el del chocolate que saboreó en la de Magnus, mezclado con el suyo propio, único, el de su encadenado.

Mientras que Magnus yacía tranquilo contra él, tal vez tomando la siesta de la que habló antes, Alec sentía que no podía quedarse quieto, quería gritar, reír, correr...sus dedos hormigueaban por tocar a su encadenado. Sus labios por besar de nuevo.

Sin poder evitarlo, metió su mano entre sus cuerpos y acarició la piel del vientre de Magnus.

Magnus hizo un sonido muy parecido a un ronroneo y luego suspiró, su aliento golpeando el cuello de Alec. —Mañana tengo la siguiente cita médica, no iba a decirte porque últimamente has estado raro, Rapha se ofreció a acompañarme, pero...

No pudo seguir porque Alec se separó de él, su ceño fruncido, aunque su mano todavía en el vientre de Magnus. —No vas a ir con Raphael. Soy tu encadenado y son mis hijos. Soy yo quien debe ir.

La boca de Magnus se abrió sorprendida.

—¿Qué? —Alec sonaba molesto. ¿De verdad pensaba ir con su amigo?

Entonces Magnus sonrió, tanto que Alec sonrió también sin darse cuenta. —Dijiste mis hijos —Magnus se veía a punto de llorar.

Alec parpadeó un par de veces. Lo había dicho casi sin darse cuenta. —Porque es así. Esos dos seres en tu vientre, Magnus, son mis hijos. Son míos también.







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Acabo de subir una historia, no es malec, pero les agradecería mucho si la leen, se llama "Atrapa mi alma", también es de temática LGBT y sobre brujos ❤

Encadenados (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora