Se abrazaba a si misma mientras la ansiedad la consumía, dio tres paso más para ingresar a la habitación, donde se encontraba recostada en una cama, la mujer que cuido tantas veces de ella cuando era pequeña y a la que podría considerar como una segunda madre. El chico delante de ella se notaba decaído, con notables ojeras y en su mirada se reflejaba la tristeza.
Elizabeth cerro sus ojos tratando de tranquilizarse, desde que Josh había llevado a Lucy a su casa, para esperar su muerte como el doctor les había recomendado, no había podio ir a visitarla, pues no se sentía con la suficiente fuerza de hacerlo, no sabía en qué estado la encontraría aunque lo más seguro es que su estado no fuera bueno, además debía evitar llorar pues se supone que le deberían llevar los últimos días a Lucy de felicidad no de tristeza.
Josh le había comentado que su madre empezaba a olvidar cosas aunque sean pequeñas, como parte de la infancia de Josh, partes de su vida en la adolescencia antes de tener a su hijo, cosas que quizá no tengan importancia, pero era lo que marcaba que el reloj que controlaba el tiempo de vida de Lucy estaba comenzando a avanzar y era solo cuestión de tiempo para que el día de la muerte de la mujer llegará.
Por su parte del doctor Rowling la había visitado varias veces y además le había querido asignar una enfermera para que este pendiente de Lucy, lo que Josh acepto, ya que Sofía le ayudaría a pagar los gastos que tendría con la enfermera y las medicinas, aunque no le gustaba que Sofía hiciera esas cosas, no tenía otra opción, debía pagar y Sofía era la única que podría ayudarlo.
―Hola Lucy―dijo Elizabeth con semblante triste no le gustaba ver a esa mujer que tanto quería en ese estado. Lucy ya no tenía su hermoso cabello dorado, ni tampoco sus mejillas rosadas, ahora su piel era blanca como el papel y sus ojos habían perdido el brillo que solía portar siempre en ellos así como su hermosa sonrisa, Lucy ya no era la misma y cada día que pasaba una parte de la ella moría, su luz se volvía más opaca.
―Elizabeth cariño, ven―estiro sus brazos y Elizabeth corrió hasta ella para fundirse en un abrazo lleno de amor y necesidad, de estar juntas y no separarse-.
―Te quiero mucho Lucy―dijo Elizabeth con pequeñas lágrimas rodando por su mejillas.
―Tranquila mi niña no llores, yo también te quiero.
Josh solo observaba la situación en silencio, trataba con todas su fuerza de hacer lo que el doctor le dijo de brindarle los últimos días a su madre llenos de felicidad, deseaba que su ultimo recuerdo sea uno alegre y llena de emoción...pero es difícil hacer esas cosas cuando sabes que la persona que más amas desaparecerá para siempre, que no volverás a tener de nuevo esos abrazos y besos, llenos de cariño, ¿Cómo brindarle felicidad a otra persona cuando por dentro estas roto? ¿Cómo prepararte para la muerte de tu ser querido? Es algo difícil de afrontar.
―El próximo sábado podemos ir al circo, a comer manzana con Carmelo y palomitas, a ti te gustan mucho esos dulces y ver a los payasos―dijo Elizabeth limpiándose las lágrimas con el dorso de su mano y regalándole una sonrisa.
―Claro que me gustaría Eli, quizá puedas llevar a Nemo a él le gustara mucho ir al circo, tu siempre lo llevas a todas partes, por cierto ¿Dónde está? ¿Por qué no lo trajiste?―pregunto frunciendo el ceño y observando a la chica con curiosidad.
Elizabeth bajo su mirada a sus pies mientras suaves lagrimas amenazaban con salir de sus ojos, presiono las manos en puños tratándose contenerse, se sentía impotente de no poder hacer nada para evitar la muerte de Lucy, quien no merecía que le sucedieran esas cosas, no ha ella que ha sido como un ángel tanto para Sofía como para ella.
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Todo Es Apariencia
Teen Fiction"El cuerpo humano no es más que apariencia y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma" -Víctor Hugo Las experiencias forman nuestro carácter, definen el tipo de persona en que nos convertiremos... Elizabeth Ackerson, es sinónimo de contr...