Sábado.
Elizabeth se encontraba acostada en su cama mirando el techo de su cuarto, faltaba cerca de diez minutos para que se hicieran la una y ella estaba vestida aun con su pijama morada, era uno de sus colores preferidos. Ese día no tenía que trabajar por alguna razón el dueño del local tuvo que cerrar la cafetería por problemas familiares, así que envió un mensaje a ella y Josh para que no fueran, este último aprovecho el día para pasarlo con su madre; en cambio Elizabeth lo ocupo para perder el tiempo cosa que casi nunca hacía, pero por esta vez quiso hacer una excepción, no había exámenes la otra semana así podría tomarse ese lujo.
Aunque la verdad era que se estaba preparando mentalmente para que su teléfono empezara a sonar como loco por las llamadas de Elian diciéndole que estaba esperándola afuera del edificio para salir con ella y conocer a la hermana de este, o que quizá empiece a tocar la puerta con desespero, quizá sea radical pero Elian era una persona que todo lo que quería lo conseguía y sabía que esa persistencia lo llevaría a comentar tales cosas.
―Quizá deba apagar mi teléfono, así Elian no me molestaría por esa vía―suspiro con fastidio―pero Josh puede necesitar mi ayuda, y si está apagado me arrepentiré de no contestar su llamadas.
Se removió en la cama de modo que quedo de costado viendo fijamente la pared limón.
―¿En qué momento deje de ser la chica antisocial de Trinity a la que todos odiaban? ¿Cunado comenzó a tener a un estúpido playboy acosándome y sin siquiera saber la verdadera razón? Porque eso de que quiere ser mi amigo y que le agrado es más que mentira, tiene que serlo...―cerro los ojos y suspiro, recordó lo que vivieron en el acuario el Elian tan diferente que se mostró ante ella, aunque al principio de la salida no fue para nada agradable, después fue todo lo contrario― ¿O no?―abrió los ojos y suspiro mientras se incorporaba de golpe― ¡Por Dios Elizabeth! ¡¿Qué estupideces estás pensando?! ¡Es obvio que todo es mentira!, quizá quiere llevarte a la cama... no me sorprendería después de todo piensa con el pene, no con el cerebro, tonto adolecente calenturiento.
Su móvil empezó a sonar y sin observar quien era contestó.
―Hola―dijo sin ánimos.
―Estoy afuera de tu edificio así que espero que ya estés lista.
Elizabeth rodo los ojos.
―Nunca te dije que iría, así que perdiste tu tiempo en venir aquí, no bajare, largarte.
Y sin esperar respuesta corto, se extendió en la cama boca arriba mirando el techo―idiota.
Veinte minutos después, Elizabeth estaba empezando a dormirse, sus ojos pesaban y ya se encontraba entrando al país de los sueños. No estaba en sus planes dormirse de hecho tenía pensado ir a una feria de libros más tarde pero quizá una hora de sueño no le hiciera mal.
―Así que esta era la razón por la que no quieres ir.
Esa voz, hizo que Elizabeth abriera los ojos de inmediato y los posara en la persona que se encontraba en la puerta de su habitación.
―¡¿Qué diablos haces aquí?! ¡¿Cómo entraste?!―pregunto Elizabeth alterada, y un poco asustada al ver a Elian sonriendo con sorna frente a ella.
―Bueno, vine a ver la razón por la que no pensabas ir y la forma como entre fue por la puerta―dijo obvio.
Elizabeth puso los ojos en blanco―ya se idiota que entraste por la puerta, dudo mucho que lo hicieras por la ventana estando en el tercer piso.
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Todo Es Apariencia
Novela Juvenil"El cuerpo humano no es más que apariencia y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma" -Víctor Hugo Las experiencias forman nuestro carácter, definen el tipo de persona en que nos convertiremos... Elizabeth Ackerson, es sinónimo de contr...