Se removía perezosa bajo las sabanas de su cama, mientras escuchaba la alarma de su móvil sonar por segunda vez, odiaba levantarse tan temprano. Estiro su brazo y tomo su móvil, vio la hora las cinco y diez de la mañana, frunció el ceño.
―Maldito viejo, le costara morir―dijo con fastidio, para después bostezar y levantarse perezosamente de su cama.
―Todos los malditos viernes es lo mismo, debo levantarme a esta hora, porque el muy infeliz nos hace ir temprano a la universidad ¡¿A quién diablos se le ocurre empezar las clases a las seis y media de la mañana cuando todos entran a las ocho?!―decía con enfado mientras caminaba al baño.
El profesor Sáenz era el terror de la facultad de leyes, por ser sumamente estricto y que siempre buscaba la forma de cómo sus estudiantes reprobaran su asignatura, nadie sabía por qué era de ese modo, siempre parecía que odiara a sus estudiantes. Además literalmente los obligaba entrar a clases una hora y media antes, lo que Melissa más odiaba era levantarse tan temprano, pero de no hacerlo reprobaría el semestre.
Una vez en el baño, observo su reflejo y bufo por el desastre que eran sus colochos.
―Maldito nido de pájaro que tengo por cabello, me llevara tiempo que no tengo en arreglarlo para que luzca decente―tomo uno de sus colochos en su mano y lo observó detenidamente y suspiró―ni modo hoy conocerás lo que es una cola, no pienso peinarte.
Sin decir más Melissa Hudson giro sobre sus talones para poder entrar al cuarto de la ducha.
Una vez que termino su relajante baño, vio el móvil y abrió los ojos como platos faltaban veinte minutos para las seis, sin perder tiempo, abrió su armario y se puso lo primero que encontró unos jeans negros y camiseta blanca, unos converse negros y se hizo un improvisado moño, tomo su bolso que por suerte había dejado preparado la noche anterior. Salió de su cuarto directo al de su hermano Elian. Melissa entro sin tocar a la puerta y vio a Elian profundamente dormido.
― ¡Elian! ¡Levántate imbécil!―grito con el ceño fruncido, la noche anterior le recordó que debía levantarse temprano para ir a dejarla a la universidad debido a que su coche aún seguía en mal estado, pero él lo olvidó.
―¡Elian levántate!―pero el chico seguía profundamente dormido.
―¡QUE TE LEVANTES!―grito con enojo, después de tirarle el bolso en la cara, Elian despertó de golpe, muy sorprendido.
―¡¿Qué diablos te pasa Melissa?!―dijo sobándose el rostro.
―¡Levántate! debes ir a dejarme a la universidad.
Elian bujo―estás loca―dijo para después taparse de pies a cabeza con las sabanas.
―¡No estoy loca tonto! no me hagas perder el tiempo y levántate de una vez.
Elian en cambio para no seguir escuchándola, tomo la almohada que tenía aun costado y la puso sobre su cabeza al momento de acostarse boca abajo.
Melissa frunció aún más el ceño se acercó a él, tomo la sabana y la retiro bruscamente.
― ¡Levántate!
―No quiero―decía el chico aferrado a la almohada.
Melissa tomo la pierna de Elian y la jalo con todas sus fuerzas para bajarlo de la cama en cambio el chico se aferró al respaldar de la cama.
―¡Déjame dormir! ¡Ni siquiera el sol ha salido!―protesto.
―¡En media hora debo de estar en clase idiota y no tengo vehículo!―dijo con enojo, y tiro más fuerte de él, pero Elian se aferró más fuerte al respaldar.
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Todo Es Apariencia
Ficção Adolescente"El cuerpo humano no es más que apariencia y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma" -Víctor Hugo Las experiencias forman nuestro carácter, definen el tipo de persona en que nos convertiremos... Elizabeth Ackerson, es sinónimo de contr...