Capítulo 12.

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Elizabeth estaba asustada, miedo, nerviosismo, todo se acoplaban en ella, estuvo a punto de morir, de no haber sido por Elian ahora estaría muerta, no podía creerlo ni tampoco aceptarlo.

—¿Estas bien? —volvió a preguntar Elian.

—Sí, es solo que...tengo que irme.

Se abrazó aún más fuerte y giro sobre sus talones, pero la tomo del brazo antes de que se fuera.

—Espera, no te vayas sola yo te llevare a casa.

Elizabeth frunció el ceño.

—Puedo irme yo sola—dijo zafándose de su agarre.

—Yo te llevare, estas alterada por lo que te acaba de pasar, aunque trates de hacerte la fuerte conmigo, sé que estas nerviosa, yo lo estoy pensé que no llegaría a tiempo y te atropellarían.

—Estoy bien, puedo irme yo sola...

Sin importarle lo que Elizabeth le dijo, tomo su mano fuertemente y tiro de ella en dirección a su deportivo.

Elizabeth trato de zafarse de nuevo pero Elian se lo impedía, su fuerza la superaba, además se sentía incomoda, ningún chico antes la había tomado de la mano de ese modo, solo Josh pero él no contaba era como su hermano, trato de no mostrarle a Elian como se sentía y lo logró, cuando llegaron a su deportivo azul abrió la puerta del copiloto

—las damas primero—le dijo Elian con una sonrisa de medio lado.

-—No tienes que hacerlo puedo irme yo sola.

—Pero quiero hacerlo, anda sube—la chica suspiro.

—No lo hare, me iré sola, entiende.

—Tienes dos opciones, o dejas que yo te lleve así llegas a tu casa segura y temprano o esperas por el otro autobús aquí sola, casi oscurece y esta parte de la ciudad es peligrosa para una chica como tú, pues si te fijas el otro autobús hace tiempo que se fue con el alboroto del maniático que casi te atropella no te diste cuenta, ¿Qué decides?

Elizabeth observo su reloj y era cierto hace cinco minutos que el autobús había pasado, observo la parada, debatiéndose entre quedarse o irse. Suspiro no tenía otra salida, Elian tenía razón pronto oscurecería y ese lugar no era muy seguro por las noches.

—Está bien pero esta será la primera y última vez que dejare que me lleves—dijo mientras subía al auto.

—Tranquila, sé que habrá otras—le giño un ojo, mientras cerraba la puerta del vehículo.

Durante todo el trayecto estuvieron en silencio, sin ningún comentario, salvo cuando Elizabeth le dijo la dirección de su casa. Ella solo veía disimuladamente el lujoso vehículo y a su guapo conductor, por lo que se regañó mentalmente al observarlo por varios segundos. Al volante Elian se veía más centrado, más serio y de alguna forma eso capto la atención de la chica a su lado.

Al llegar al edifico donde vivía Elizabeth, Elian estaciono el auto enfrente.

—Gracias por traerme—dijo Elizabeth mientras se disponía abrir la puerta, pero Elian cerro con seguro todas las puertas—¿Podrías quitar el seguro?—pregunto un poco enojada.

—No—dijo mientras la observaba sonriente.

—Elian, quita el maldito seguro de la puerta—pidió ahora comenzándose a enojar de verdad.

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