Capítulo 15

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Desde ese día me prometí olvidarlo, no lo perdonaría.

Podía ser el amor de mi vida, pero eso no le daba derecho a hacerme daño.

Han pasado apenas dos semanas, Naruto me contó que Sasuke le había confesado todo, o al menos lo que recordaba, que un día antes de lo ocurrido en la fiesta, como yo había estado con Sasori, se molestó y salió a un bar, una chica se sentó junto a él y aprovechándose de que estaba bastante ebrio, lo besó. Según él iba a contármelo, semejante estupidez, si hubiera sido así no cambiaría el hecho de que me mintió y me engañó.

Me pregunto, ¿solo había esperado una excusa para hacerlo?

El tiempo avanzaba sumamente rápido, sin darme cuenta un mes había pasado, aún me sentía triste, había días, incluso noches, en que esperaba que Sasuke regresara, pero sabía que no pasaría, y que yo no debía esperarlo.

Me sentía confundida conmigo misma, ¿por qué quería a Sasuke? Me desconozco, desde que me la pasé llorando porque no me llamaba, hasta ahora, ya no soy una niña, no debería sufrir por él, por alguien que no me merece, pero supongo que es mi culpa, porque yo lo conocía perfectamente, sabía que no había cambiado.

Sasori viene a visitarme a menudo, cuando le conté, creí que me restregaría en la cara que él siempre tuvo la razón, pero no me juzgó, al contrario me apoyó, me dejó desahogarme, aún cuando yo no creí en lo que me decía.

Algunas días salgo con Naruto y los demás, son muy considerados y me apoyan.

Hoy habíamos decidido hacer una reunión en casa, todo estaba saliendo bien, hasta que Sasuke llegó dando un gran portazo, enseguida pude notar que estaba muy ebrio y molesto, en cuanto entró todos nos quedamos en silencio, mirándolo, empezó a escanear toda la sala hasta dar conmigo, se tambaleó mientras se acercaba a mí, pero antes de estár lo suficientemente cerca, Kiba se puso frente a mí, protegiéndome.

—Quítate, Kiba —ordenó de mala gana.

—Lo siento, Sasuke, no quiero que la dañes.

Sai y Naruto se acercaron a él rápidamente, para después tomarlo de los hombros y así evitar que quisiera irse encima de Kiba.

—Vamos, Sasuke, tranquilo —dijo Naruto.

—Solo quiero hablar con ella.

—Estás ebrio —le recordó obvio.

—¿Y qué? —preguntó molesto.

—Sasuke —lo nombré, aún detrás de Kiba—. Ve a casa, por favor —no soy tan valiente como para verlo y enfrentarlo, rayos no.

—Quiero hablar contigo —repitió, dirigiéndose a mí más calmado—. Por favor, Sakura.

—Cuando estés sobrio lo haremos.

Escuché a Sai decirle que su hermano vendría por él, realmente ni yo dejaría que se fuera solo. Itachi llegó enseguida, se veía molesto, ¿y cómo no iba a estarlo?, seguro estaba muy preocupado porque su estúpido hermano vino hasta acá en tal estado.

—Sasuke —lo llamó, su tono era frío, hace mucho que no lo escuchaba hablarle así—. Vámonos, y no te estoy preguntando, es una orden.

—Cálmate, Itachi, no estoy haciendo ningún alboroto —el mencionado se acercó y lo tomó del hombro, de inmediato Sasuke lo quitó de un manotazo.

—No he venido a pelearme —dijo molesto—. ¿Quieres que llame a la policía para que te lleven?

—¿Estás amenazándome?

Por un momento sentí que se olvidaron de nosotros y solo se concentraron en ellos, aparte de que ninguno de los chicos decía algo, no sé para que están aquí y no interfieren, esquivé a Kiba y me encaminé hasta quedar en medio de los dos.

—¡Ya basta! —grité para que me prestaran atención, lográndolo, le dí la espalda a Itachi para que Sasuke me escuchara—. Obedece a Itachi, mañana —pronuncié, no muy segura de lo que iba a decir—, mañana que estés sobrio podrás hablar conmigo todo lo que quieras, ahora es mejor que descanses.

Me miró unos segundos y después se acercó hasta quedar completamente frente a mí, levantó sus brazos y me abrazó, segundos después me soltó.

—De acuerdo, cariño —me estremecí al escucharlo llamarme de esa manera, pero no iba a armar otro alboroto—. Vámonos —caminó mientras Kiba y Sai lo guiaban hasta, supongo yo, la camioneta de su hermano.

Miré a Itachi, quien también me estaba viendo, primero me observó serio, pero luego esbozó una pequeña sonrisa.

—Gracias, Sakura —puso su mano delicadamente sobre mi cabeza, como gesto de cariño—. Siento que tengas que pasar por esto, tú no tienes ninguna culpa.

—No te preocupes —le sonreí—, no me dejará de preocupar aunque me haya herido, vayan con cuidado, por favor.

—Sí, nos vemos —me dio una última sonrisa y se fue.

Volviendo a ti |SasuSaku [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora