CAPITULO 7

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El fin de semana se pasó muy rápido, sobre todo porque salía de paseo con Leo, era divertido estar con mi hermano. El lunes por la mañana Leo y yo nos levantamos muy, y cuando digo muy, es porque era muy tarde, nos alistamos lo más rápido que pudimos, esa vez mi padre se había ido a trabajar más temprano que de costumbre, así que Leo y yo tomamos el maldito autobús, odiaba subirme al transporte público y más cuando estaba lleno. Siempre había tipos que no desaprovechaban la ocasión para andar toqueteando a las chicas.

El único autobús que pasaba por nuestra escuela estaba repleto de gente, y eso ya sabía lo que significaba, tener que cuidarme de los tipos urgidos por tocar a una chica. Leo y yo nos subimos, pagamos nuestro pasaje y nos abrimos espacio hasta estar en un lugar un poco menos "apretado"

- Odio subirme al transporte público - El autobús arrancó y casi me caía, pero Leo me sujeto fuerte

- No te preocupes yo cuidaré que ningún idiota se quiera pasar de listo

- Gracias, pero no lo digo sólo por eso... Deberíamos decirle a papá que nos compre un auto

- Ni siquiera sabes manejar

- Pero tú sí, podrías ser mi chofer - Lo miré y sonreí, Leo solo puso sus ojos en blanco

El trayecto hacia la escuela duró cerca de media hora, con la ventaja que en la segunda parada casi la mitad de los pasajeros se bajaron, dándonos la oportunidad de sentarnos. Cuando llegamos a la escuela Leo y yo nos separamos y cada quien corrió hacia su salón.

Mi hermano al parecer entró sin problemas a su aula, pero para mi suerte el maestro ya estaba dando clases y no me dejó entrar, poniendo la excusa de que era demasiado tarde. Por eso odiaba a los hombres, son unos exagerados, ni siquiera habían pasado diez minutos desde que inició su clase.

Al terminar la clase, el maestro se retiró y aproveché para entrar al salón. Fui directamente a mi banca y me percaté que el sin modales no había venido. Aquel día pasó muy tranquilo y no solo porque Henry no había ido a la escuela, sino porque varios maestros no nos dieron clases. Cuando la jornada terminó agarré mis cosas y me dirigí a mi casa. No quedaba tan lejos, pero tampoco tan cerca, hubiera tomado un taxi, pero tenía ganas de caminar y disfrutar del buen clima. Saqué mi teléfono y conecté los auriculares, reproduje las canciones de mi banda favorita, y mientras iba caminando me sentía como si estuviera grabando los videos musicales de las canciones que pasaban.

- Estaba hablando con Leo hoy en la mañana y estábamos pensando que sería bueno si nos compraras un auto - Mi padre y Leo estaban sentados en la sala mirando un programa de televisión, mientras yo estaba en la cocina comiéndome un cereal.

- ¿Estábamos? Me suena manada – miré a mi hermano para que se callara

- ¿Qué opinas? – miré a mi padre, él me miró de vuelta y después fijo su vita en la televisión. No me dio una respuesta – Ay vamos, ándale y haré lo que sea - Dije mientras salía de la cocina y me sentaba en el posabrazos del sofá

- ¿Lo que sea? – preguntó mi padre

- Menos que no me meta en problemas, sabes que eso es imposible

- Sí lo sé – Mi padre soltó una leve carcajada y pensó por un momento antes de hablar – Si van bien en sus estudios veré si se los compro

- ¡Ya valió! Zusumi no es buena en los estudios y yo no pienso darle clases de tutoría

- Ni siquiera te iba a pedir que me dieras clases, ni siquiera eres tan inteligente - Le lancé el cojín más cercano que tenía

- Chicos ya dejen de pelear

Tras esa charla con mi padre subí a mi habitación, y después de mirar algunos cortometrajes me dormí. Al día siguiente conseguí llegar temprano como de costumbre. Lo más sorprendente fue que Henry ya estaba en el salón. Al principio no le tomé importancia, pero tras unos minutos el silencio se comenzó a ser más incómodo, sobre todo porque solo estábamos nosotros dos, y el salón estaba un poco oscuro. No soy de esas personas que guardan rencor, así que le hablé.

- ¿Te caíste de la cama? - le pregunté tratando de sonar amable

- ¿No puedo llegar temprano? - respondió con sequedad y ahí entendí que prefería que no lo molestara

- Solo preguntaba – Lo miré con el ceño fruncido y después dirigí mi mirada a la ventana que estaba a mi izquierda. "Eso me pasa por tratar de iniciar un tema de conversación con un chico". Poco a poco comenzó a llegar más gente. Las horas pasaron relativamente rápido hasta que sonó la campana que indicaba el receso.

No estaba acostumbrada a comprar comida de la cooperativa, siempre pensaba que podría estar echada a perder, así que me quedé sentada en mi lugar, me puse los audífonos y me recargué en mi banca mientras miraba por la ventana, pero un rayo de sol comenzó a entrar por una de las aberturas de la ventana, me daba directo en la cara así que volteé al otro lado. Aún estaba recargada en mi banca cuando me di cuenta que Henry también estaba recargado en la suya viendo hacia mí, tenía los ojos cerrados así que no tomé mucha importancia.

Sin darme cuenta, comencé a observar su rostro, tenía un moretón cerca de su ojo, su cabello estaba revuelto, nunca me había percatado que tenía unas pestañas un poco largas y de un negro intenso al igual que sus cejas. Su boca estaba ligeramente abierta, tenía un pequeño hilo de sangre seca, supongo que era debido a un golpe que le habían dado. Sonreí al recordar como lo había golpeado aquel tipo de la tienda.

En ese momento Henry abrió los ojos, percatándose que lo estaba viendo fijamente. 

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