CAPITULO 36

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- Chicos empaquen sus cosas, mañana en la mañana nos estaremos yendo – mi padre salió de la sala

- Oye – Henry se acercó a mí, lo miré - ¿Qué tal si vamos al rato a dar un paseo por el muelle? – susurró. No debía preguntármelo dos veces, rápidamente contesté con un sí

Estuve esperando a que la noche cayera para poder encontrarme en el muelle con él

- ¿Irás a algún lugar? Te ves ansiosa – me preguntó Leo

- No, es que tengo sueño – mentí

- Pues vete a dormir

Sentía que cada minuto duraba una eternidad, comencé a desesperarme y cuando eso ocurre casi siempre todo se va a la fregada. Así que opté por dormirme, claro que fue una muy muy mala idea.

- ¡¿Qué hora es?! – pregunté casi gritando

- Cuarto para las nueve – respondió July

Me levanté y me alisté. Me hubiera gustado ir más presentable, pero ya llevaba casi una hora de retraso, así que solo me puse un suéter encima de mi blusa, unos jeans que encontré y me puse mis tenis de siempre.

- Lo siento, me quedé dormida – Henry solo sonrió - ¿Y ese telescopio? – me senté a su lado

- Lo tomé prestado de Dante

- Oh... No sabía que te llamara la atención la astronomía

- A cualquier persona le gusta mirar el cielo, sobre todo de noche. Se puede contemplar la luna y las estrellas mejor – lo miré asombrada, eso había sido lo más profundo que le había escuchado decir hasta ahora. Henry se aclaró la garganta

Me acerqué para ver tras el telescopio

- ¿Sabes usarlo? – me preguntó Henry

- ¿Acaso soy idiota? Solo debo poner uno de mis ojos en la lente y ver – me acerqué para poder ver las estrellas - ¿Eh? No veo nada, veo borroso

- Hazte un lado – Henry arregló el telescopio. Vio a través de él y me dijo que me acercara

- Guau... Es hermoso...

- ¿Tan siquiera sabes cómo se llama esa constelación?

- Por dios, hasta un niño de primaria lo sabe – lo miré – Es la osa mayor

- Después de todo no eres tan idiota como pensé – sonrió

Tras unos minutos comenzó a darme frio, así que me acurruqué junto a Henry. Pero el tonto se hizo más a un lado pensando que no tenía espacio suficiente para sentarme

- Está comenzando a hacer frío – dije

- Toma si quieres – Henry me tiró su suéter en la cabeza, me erguí y miré a Henry

- Tu sí que eres un mal novio – me miró - ¿No vez que me muero de frío?

- ¿Quieres regresar a la casa de playa?

- Aish – suspiré – No diré nada más, mi dignidad ya murió desde hace diez minutos – me senté con los brazos cruzados

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