CAPITULO 13

1.4K 107 0
                                    

En todo el trayecto a la casa mi padre no me hizo preguntas, permaneció viendo hacia enfrente mientras manejaba, se vía muy serio. Cuando llegamos estacionó el auto y por fin me habló

- No saldrás por tres meses, te la pasarás encerrada en tu cuarto, solo podrás bajar a comer. Lo siento Zusumi, pero esta vez fue demasiado - me tomó de la muñeca y me llevó hasta mi cuarto, una vez ahí me cerró la puerta, a pesar de estar pasando por todo esto estaba más preocupada por Henry que por mí. De haber sabido que me iban a expulsar hubiera golpeado más fuerte a aquella tipa.

Quería salir de mi cuarto, pero sentía que era muy pronto, no quería que mi padre pensara que no le obedecía así que decidí permanecer otro rato encerrada. Acomodé algunas cosas que tenía regadas y me acosté mientras contaba los minutos. Finalmente pasaron dos horas desde que había llegado a mi casa, creí que ya era hora de salir, traté de bajar por una fruta, pero mi sorpresa fue cuando al girar el picaporte la puerta no se abrió, mi padre me había encerrado con llave.

- ¿Es en serio? ¿No crees que esto es demasiado? – Grité pero no hubo respuesta.

Pasaron otras tres horas y se escuchó que alguien abrió la puerta de la sala - ¡Leo! Leo ¿eres tú? – Golpeé mi puerta

- Ey Zusumi ¿Qué diablos pasó? me contaron muchas cosas pero no quise creerlas, necesito una explicación

- Te contaré más al rato, primero ayúdame a abrir la puerta, papá me encerró

- Pero no tengo las llaves - resoplé pensando una solución

- Ya sé, hay que hacer esto. Cuando papá se duerma te metes a su cuarto y buscas en su mueble la llave y abres para que pueda salir

- ¿Estás loca? Sabes que si papá se entera estaremos muertos, tener castigado a sus dos hijos no creo que le guste

- ¿En verdad me vas a dejar sola ahora? Siempre te he ayudado a escaparte cuando lo necesitas - mencioné con reproche

- Sí, pero esto es diferente - "esto no tiene nada de diferente, eres un niñato que tiene miedo a ser descubierto y castigado" tenía ganas de echárselo en cara pero me contuve

- Vamos, hazme este favor. Te prometo que volveré rápido... necesito ver que se encuentre bien - eso último no tenía planeado de decirlo en voz alta

- ¿De quién diablos hablas Zusumi?

- Tú solo ayúdame

Me llevó mucho tiempo convencer a mi hermano, pero a fin de cuantas lo hice, ahora solo necesitábamos que todo saliera de acuerdo al plan. Cuando eran alrededor de las ocho de la noche mi padre llegó y abrió para que yo pudiese cenar, cenamos de manera silenciosa, al final leo y yo recogimos los platos y los limpiamos. Después de terminar subí a mi habitación y mi padre cerró nuevamente con llave.

Esperé pacientemente a que dieran las diez y media, hora en la que mi padre se duerme. Sin embargo como si mi padre hubiera escuchado lo que planeábamos tardó en dormirse más. Si fuera una buena escaladora, no me importaría salirme por la ventana, pero la última vez que lo hice me tuvieron que poner una férula, no quería repetir lo mismo, no era nada bonito.

Cuando eran las once y media Leo abrió la puerta, y salí a toda velocidad

- ¿A dónde vas? - gritó susurrando Leo

- Iré a buscar a Henry - susurré en respuesta

- ¿Henry? ¿Te peleaste con Karla por Henry?

- Shh, lo vas a despertar - Leo frunció más el ceño - Te diré más detalles cuando regresé, gracias Leo – bajé despacio y luego salí corriendo hacia el centro

Era verdad que me estaba preocupando mucho por Henry, cuando ni siquiera me caía muy bien. Pero tenía un poco de miedo que él fuese a hacer algo tonto, después de todo si yo fuera él, yo igual pensara en hacer alguna idiotez. Después de correr por veinte minutos me percaté que no sabía ni la dirección ni el número de teléfono de Henry.

"Eres una idiota Zusumi"

- ¿Ahora donde se supone que lo busque? - miré a mi alrededor buscando una respuesta, pero sentía que el tiempo se me acababa. Comencé a cruzar las calles como una niña de cinco años, sin fijarme si iba a pasar un auto. Me metía a lugares donde vendían bebidas alcohólicas, pero no encontraba nada. Tal vez él no tomaba, tal vez él no era un tonto que fuera hacer algo, tal vez solo yo estaba de loca paranoica.

Salí del último bar que me faltaba, iba cruzando la calle, tan tranquila como si nada, cuando una luz me alumbró. ¿Era un auto? ¿o quizá una persona alumbrando con su celular? No lo sabía, me quedé helada, sin poder mover un pie, estaba ahí parada como idiota esperando mi muerte.

Te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora