CAPITULO 6

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El viernes por la tarde fui con mi hermano a comprar las cosas necesarias para la cena, decidimos separarnos para terminar más pronto.

- Nos vemos aquí en quince minutos – era la quinta vez que me lo recalcaba

- Sí, lo sé, en quince minutos

Entré a una tienda, tomé un carrito y comencé a tomar las cosas necesarias, creí que me llevaría más tiempo pero en menos de diez minutos ya tenía todo. Me dirigí al cajero y me formé, no había demasiada gente para mi suerte, solo faltaban dos personas para que yo pasara. Cuando solo quedaba una persona por delante me di cuenta que la persona no traía suficiente dinero para pagar sus compras, y vaya sorpresa cuando vi quien era, me reí y disfruté tanto ver a Henry batallando para sacar hasta el último centavo de su pantalón. Pensé en dejarlo así por lo que me había dicho, pero recordé que cuando yo necesité dinero él lo pagó por mí.

- ¿Cuánto le hace falta? – le pregunté a la cajera, cuando me contestó pagué. Miré a Henry y le sonreí tan falsamente como pude – De nada

- No te agradecí – no añadió nada más y se marchó, bufé

- ¿Quién se ha creído? - lo seguí con la mirada hasta que desapareció de mi vista

- Señorita le falta $24

- ¿Qué? – Genial, había sido una mala idea pagar las cosas del sin modales – Dejaré la mantequilla

"Bien hecho Zusumi, por tratar de hacerte la genial te has quedado sin dinero" venía tan perdidamente pensando que no me di cuenta que una de las bolsas estaba rota, seguí caminando y de pronto las cosas se salieron regándose por toda la banqueta, me veía tan tonta recogiéndolas. Y para ser peor Henry pasaba por ahí, solo me miró y pasó de largo. Con eso estaba más que segura que Henry era un idiota sin modales.

La maldita vida me odiaba, primero me quedo sin suficiente dinero, después Henry se burla de mí, y para acabarla unos tipos se me acercaron con su estúpida idea de tratar de ligar. Eran dos tipos, todos altos y tatuados, eran de mi estilo aunque de la cara no tanto.

- ¿Necesitas ayuda hermosa?

- Claro, pero la tuya no – terminé de recoger todas las cosas

- Oh vamos no te hagas la difícil – uno de los tipos me rodeó con su brazo

- Por eso odio a los tipos como ustedes, creen que son guapos y ni siquiera le llegan al talón a un sapo

- ¡¿Qué?! – uno de los tipos me tomó de la blusa amenazándome con pegarme

"Hace tiempo que no me meto en una pelea, ya era hora" Estaba a punto de golpear a aquel tipo, cuando el sin modales apareció.

- Ya veo que no solo te metes en problemas en la escuela – me miró – Y ustedes se ven patéticos, son dos contra uno

- ¿Tú en que te metes estúpido? – El tipo le soltó un puñetazo y no pude evitar reí cuando le dio exactamente al rostro de Henry. Pensé que si se metía era porque sabía defenderse o mínimo esquivar golpes. Por mucho que me estuviera divirtiendo tenía que hacer algo, así que me metí a defender al sin modales. Me acerqué a él y me puse por delante, me coloqué en posición de ataque como me habían enseñado en las clases de taekwondo. Traté de hacer todo lo que estuvo a mí alcance, pero Henry era un bulto que solo estorbaba y gracias a él uno de los tipos me pescó de la blusa.

- Te estás metiendo con el tipo equivocado - Me apretó de las mejillas y se acercó mucho a mi rostro. Dios, su aliento apestaba a cigarrillo.

- Ey Zusumi te estaba buscando - Era mi hermano, agradecía por primera vez que llegara en un momento como este. Miré a mi hermano y él me miró al mismo tiempo - ¡Oigan! Suéltenla - Leo arremetió contra el tipo que me estaba sujetando, tomó las bolsas de compras y me agarró del brazo para salir corriendo.

- Oye espera ¿Qué hay de Henry? - Ya íbamos un poco lejos y me detuve

- ¿Ese idiota no sabe defenderse o qué? - Me solté de su agarre

- La verdad es que no, corre, ahorita voy detrás de ti - Dejé a mi hermano y regresé. La verdad solo cosas malas pasaban por mi mente mientras iba de vuelta, me imaginaba a un Henry con la nariz rota, a un Henry moribundo. Me apresuré.

Al llegar me quedé boquiabierta. Estaba muy impresionada, los dos tipos de antes estaban tirados en el suelo. Henry estaba todo golpeado, pero victorioso. Me acerqué a él y me agaché un poco.

- ¿Estás bien? – le pregunté mientras le extendía la mano, me miró de una manera extraña pero no me respondió. Hizo a un lado la mano que le extendí y se levantó. Pasó a mi lado como si no me hubiese visto o más bien como si no existiera. Hice una mueca en su dirección y cuando ya no lo vi, me fui de ese lugar.

Llegué al lugar donde había quedado de verme con Leo, me miró enojado y durante todo el trayecto a casa no me dijo nada. Entramos a la casa y dejamos las compras en la cocina, Leo fue al baño y yo me quedé guardando las cosas. Tras unos minutos mi hermano se acercó a mí y me comenzó a regañar.

- ¿No puedes pasar un maldito día sin meterte en problemas? ¿Y qué pasaba si yo no hubiese llegado? - En verdad se veía molesto, lo miré

- Yo no hice nada, esos tipos querían pasarse de listos. Lo tenía controlado - Me miró exasperado y luego suspiró

- Al menos sabes defenderte... No puedo creer que tu estuvieras salvando al tipo ese

- Al principio pensé eso, pero si sabe pelear

- Sí claro, y yo soy millonario ¿no? – puse los ojos en blanco

- Ya levántate y ayúdame a hacer la cena 

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