CAPITULO 12

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Habían pasado dos días desde el examen, hoy por suerte no había ninguno programado, sin embargo habían exposiciones, muy aburridas para mi gusto, así que decidí salirme de la clase con la excusa de ir al baño. Caminé por el patio de la escuela y como si fuera un castigo divino por saltarme la clase, una paloma me hizo del baño encima.

- Maldita sea - gruñí, y algunas personas que estaban por ahí se rieron al percatarse de la popó que tenía en mi hombro, así que esta vez si fui al baño. Tomé papel y abrí el grifo para mojarlo, una vez húmedo comencé a frotar mi hombro varias veces pero no se limpió por completo, dejó una mancha verde. Suspiré exasperada, tiré el papel y tomé agua con mis manos para después echármelo en la cara, necesitaba refrescarme y tranquilizarme. Estaba dispuesta a regresar a clase cuando salí del baño, pero unas voces llamaron mi atención, me acerqué lentamente a la puerta y vi que eran tres chicas platicando afuera del baño. No me importaba en absoluto de qué hablaban por lo que decidí rime, pero en ese momento mencionaron a Henry. Me detuve un momento a escuchar.

- ¿Escucharon?

- ¿Qué?

- Es sobre Henry. Escuche que a causa de él sus padres se divorciaron. Al parecer su madre se quedó con él, vivieron tres años juntos, pero después su madre murió por causas desconocidas, luego fue adoptado por una familia rica, pero dos meses después de su llegada su familia quedó en quiebra y los señores se suicidaron

- ¿En serio? Que horrible, él solo trae problemas

- Sí, hace dos años en el club de deportes Henry tocó el hombro de un ex compañero y al día siguiente se fracturó el brazo. Y antier una chica lo piso por accidente y al poco rato cayó de los escalones torciéndose el pie y dislocándose el hombro

- Que horror, me da miedo cruzarme con él, al menos este año ya no quedamos juntos - Escuchar aquello por alguna extraña razón me enfureció, traté de calmarme y no intervenir, no es como si Henry y yo fuésemos amigos para defendernos

- Vaya, después de todo no solo los hombres son una escoria – Salí del baño y comencé a avanzar hacia ellas - No, esperen... Ustedes son menos que una maldita escoria, son unas...

Me vi interrumpida por Henry, quien había golpeado un casillero tan fuerte que había dejado marcas de sangre y había doblado un poco el casillero, tanto ellas como yo brincamos cuando retumbó el sonido de su puño estrellándose contra la puerta del casillero. Todas las personas que estaban por ahí se quedaron observando, Henry solo dio media vuelta y se alejó, estaba dispuesta a ir tras de él, cuando una de las chicas abrió la boca

- ¿Qué demonios le pasa? Está loco, nosotras solo dijimos la verdad

- Ojalá y tenga un accidente, así no causará más problemas

Solo faltaba un comentario idiota para que explotara, esa chica no tenía idea de lo que había dicho. ¿Cómo pudieron desearle que tenga un accidente? Y lo peor era que estaban esparciendo esos rumores tan maliciosos

- Repítelo una vez más - me acerqué a ella

- ¿Qué? - frunció el ceño

- ¡He dicho que lo repitas idiota! – pateé un bote de basura y sentí varias miradas fijas en mí

- Yo no he dicho nada - sus amigas se hicieron a un lado mientras yo me acercaba furiosa a ella

- ¿Ah, no? – la agarré del cuello de su blusa – Repítelo en mi maldita cara ¡Vamos! – Esa tipa permaneció quieta y miró detrás de ella, después su cara de cordero asustado cambió completamente, sonrió

- Solo he dicho la verdad, sí el no existiera no causaría problemas

- Eso quería escuchar – sonreí y la tiré al piso, me puse encima de ella y le comencé a dar de bofetadas, una tras otra hasta que me ardieron mis manos pero eso no me detuvo

- ¡Suéltame, estás loca! - Pasamos cerca de cinco minutos en el suelo hasta que llegaron los de seguridad y maestros, me separaron de ella, y a la fuerza me llevaron a la oficina de la directora

- ¿Sabes lo que le has hecho a tu compañera? – la directora azotó un libro en la mesa

- Solo le di una lección

- ¿Entonces aceptas que lo has empezado tú?

- No diría que yo empecé, pero si quiere que acepte algo, sí yo la golpee porque se lo merecía – iba a agregar algo más, pero la puerta detrás de mí se abrió, voltee y abrí muy grande los ojos al ver a mi padre

- Adelante señor Francis – en ese momento me sentí como un niño pequeño que sabe que lo que hizo estuvo mal, y si tuviera orejas como los perros, estoy segura que se me agacharían – Sé que está ocupado señor, pero es que no puedo más con la conducta de Zusumi, ella está mal en muchos aspectos – me miró la directora – Le rompiste el labio a tu compañera, le aflojaste un diente y se fracturó una costilla – bufé

- Diga que no le di de puñetazos, solo le di bofetadas y ya se anda muriendo

- ¡Zusumi! – me regañó mi padre, por primera vez me miraba decepcionado y me dolía decepcionarlo

- Esto es el colmo señorita Zusumi, lo siento, pero la voy a expulsar de la escuela. En mis veinte años como directora nunca había ocurrido algo así

- Ella se lo merecía – me levanté de donde estaba sentada y mi padre hizo que me sentara de nuevo

- Según tú ¿Qué te hizo?

- Ella... - No sabía si fuera bueno decir lo de Henry, no todos en el instituto sabían aquel horrible rumor – Ella... me llamó gorda

Era un pretexto tan patético, pero era lo único que se me había ocurrido en el momento. Lo que sea que fuera, de cualquier manera me expulsaron. Salimos de la dirección y mi padre me dijo que fuera por mis cosas, que me esperaría en el auto.

Mientras recorría toda la escuela hacia la salida, sentía las miradas de todos, algunos me miraban intrigados, con curiosidad y otros con desprecio. Nunca me había sentido mal de haberme metido en problemas hasta ahora, sobre todo porque sabía que mi padre estaba furioso. De todas formas, no podía regresar el tiempo y de hacerlo, igualmente la hubiera golpeado.

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