CAPITULO 51

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- ¿Mamá? ¿Papá? ¿Dónde estoy? ¿Y mi hermano?

- Tranquilízate, estas en un hospital ¿no recuerdas nada?

- Mi casa... Mi casa se quemó

- ¿Tu eres John? – negó

- Soy Luka

- Luka llevas tres días durmiendo... Sé que es difícil, pero...

- Mis padres murieron – la doctora miró asombrada a Luka – Lo sé... Mi papá murió en la cocina... mi mamá... mi mamá salvó a John – La doctora lo abrazó - ¿Y John?

- Él está durmiendo, pero despertará no te preocupes

Pasó un mes y John aún no despertaba. En ese tiempo se hizo una investigación sobre el incendio, nadie sabía quién lo había iniciado, Luka siempre negaba todo, así que se cerró el caso. Por otra parte, buscaron a sus familiares para que los cuidaran, pero no encontraron a nadie.

- Ya han estado mucho tiempo los dos niños, necesitamos las habitaciones para pacientes más graves

- Son sólo niños

- Hablen a un orfanato

- John, despierta, nos quieren llevar a un orfanato – lloró Luka - ¡John! – John comenzaba a despertarse - ¡John! Estás bien

- ¿Quién eres?

Los doctores hicieron diversos estudios y encontraron un traumatismo craneal que hizo que no recordara absolutamente nada. Tras una semana Luka y John fueron trasladados a un orfanato

- ¿Entonces tu eres mi hermano?

- Sí, me llamó Luka

- Ah... ¿Cuál es mi nombre?

- Tu nombre... no es necesario que lo sepas

- ¿Qué hacemos aquí?

- Los niños que no tienen familia vienen aquí

- ¿Y por qué no tenemos familia?

- ¡Deja de preguntar!

- P-perdón

Pasaron tres semanas desde que llegaron al orfanato, Luka seguía sin decirle nada a su hermano, le dolía verlo así, y en algunas ocasiones lo trataba mal. Él pensaba que era injusto que su hermano haya perdido la memoria y que él solo este cargando con la culpa

- ¿Y mi hermano?

- ¿John?

- ¿Cómo supo que así se llamaba?

- Sólo lo sé - respondió la maestra – Fue a jugar fuera

- ¿Y si se pierde?

- No puede ir muy lejos no te preocupes... ¿Quieres salir a jugar?

- No quiero – se metió en su cuarto. Pasó dos horas hasta que John llegó en la hora de la comida

- ¡Hermano! Mira te traje flores... desde que llegamos aquí estás triste ¿por qué?

- ¿¡En verdad no recuerdas nada!? ¡No quiero esas tontas flores! – tiró al suelo las flores

- ¡Luka! No seas grosero con tu hermano... Ve a jugar – le dijo la maestra a John - Luka ¿Por qué te comportas así con tu hermano? Sé que han pasado por un momento muy terrible ... tu hermano no tiene mucho desde que despertó

- Lo sé, pero... - lagrimas resbalaron en sus mejillas - ¿Por qué no recuerda nada? Cuando despertó no sabía que yo era su hermano, ni siquiera recuerda su nombre... No recuerda lo que pasó con nuestros padres... Pero yo, ¡Yo! ... lo recuerdo todo ¡Todo!

- ¿Y porque no le dices cuál era su nombre? Dile lo que pasó

- Tengo miedo que recuerde todo... no quiero que recuerde nada... Quiero que viva feliz, aunque yo tenga que cargar la culpa, porque yo fui quien inició el incendio – comenzó a llorar más, la maestra solo lo abrazó

Desde aquel día John siempre salía a jugar fuera del orfanato y era mucho más feliz que antes. En sus dibujos siempre se dibujaba a él y a una niña, una niña que no era del orfanato.

- ¿Quién es Henry?

- Ah, se me había olvidado decírtelo Luka... Ese es mi nuevo nombre, no lo sabe nadie, más que tú, yo y la niña que me puso el nombre

- ¿Qué?

- Tu no me quieres decir cuál es mi nombre, así que una niña muy simpática me dio ese nombre "Henry". Suena bonito ¿no? 

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