Domingo: Jung HoSeok

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Autora: Mafe Sarmiento



Hoseok en serio que amaba la naturaleza. Dejó todo tirado en su castillo y se relajó en un prado cercano que estaba muy bien cuidado. Se quito casi toda la ropa para no perpetuar(se escribe así?) ese hermoso lugar. El pasto era tan verde. Los árboles estaban llenos de flores multicolores, pero extrañamente no había ningún animal ni insecto. Todo estaba en una extraña calma, pero a Hoseok eso no le importó. Se sentó en la orilla del pequeño lago que con cada pestañeo se hacía más y más azul.


No supo si el vino que había tomado antes de ir ahí lo había mareado, o tenía alguna especie de veneno, pero escuchó una risita femenina.


Quizás sus delirios se debían a la falta de pareja y falta de un buen arrimón.


De cualquier manera, Hoseok sacudió la cabeza, tratando de refrescarse y alejar de sus pensamientos a una mujer que no había conocido en su vida, pero que siempre reía.


Tomó un poco de agua del lago y se lavó la cara. Se sintió mejor, incluso más joven.Sintió deseos de bailar hasta con los animales. Se sentía muy feliz.


Una muchacha lo observaba embelesada. Era el primer humano que se quedaba en su santuario, y ella era muy curiosa, así que lo seguía a todas partes.


Se reveló ante él y el muchacho seguía cantando, hasta que dió un frenazo a su canto y baile y se dió contra el tronco de un árbol.


- ¿Estás bien? - la muchacha le tendió la mano y él se levantó, para después hacer una reverencia.


- Mi lady lamento el haber sido tan torpe y perturbar sus hermosos ojos... - Hoseok interrumpió su monólogo al notar que la muchacha estaba semidesnuda, y tapó sus ojos con sus manos exageradamente - M-M-Mi lady, ¿quien ha osado robarle sus preciadas y finas vestimentas?


- Humano tonto - la muchacha le destapó los ojos e hizo que la mirara. Hoseok estaba muy rojo, muy apenado - Mi naturaleza es estar así.


- Pero mi lady, ¿acaso usted vive aquí en este encantador lugar? - la muchacha asintió - ¿es usted...?


- Me llamo Napeas, caballero Hoseok, y soy la ninfa de este hermoso prado - Napeas extendió su mano y Hoseok la estrechó con delicadeza, cuidando a la mujer como si fuera un cristal.


- E-Es impresionante. Creí que era sólo un mito - Hoseok se acercó y tocó el hermoso rostro de Napeas, quien por primera vez se avergonzó y le sonrió.


Pero a Zeus, quien los miraba, le enojó mucho ese acto. Mancillar a una de sus más hermosas ninfas con sus puercas manos. Así que tomó posesión del cuerpo del humano, hizo que cayera en un estado de semiconsciencia, y el humano Hoseok fue recordado como ''El hombre que cayó en el lago de Napeas''.


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ATT: Roxy tu patrona

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