~Capítulo 7~

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Por primera vez pude controlarme con el alcohol. Y lo hice por el simple hecho de que Jeremy estaba ahí. No quería que conociera la parte desastrosa de mi vida, al menos esa parte no. No quiero que conozca a la Mackenzie alcohólica.

Pero si que le hablé de mí, le conté sobre mi vida. Sobre mi madre, sobre el abandono de mi padre y su ausencia, y por supuesto, le hablé sobre Alice y Jared.

Y a decir verdad, se sintió bien. Me sentí mucho más liberada, con menos peso sobre los hombros. Quizá son temas que aún me duelen, pero que alguien se siente, me escuche, me aconseje y hasta me abrace, se siente realmente bien.

Pero ni el hecho de considerar que Jeremy comienza a ser un gran amigo me aleja del alcohol.

Estoy haciendo la compra semanal, y en estos momentos, me encuentro en la góndola de vinos. Como si no hubiese tenido suficiente con las dos botellas de vodka y el pack de cerveza.

Es normal para mí cargar con tanto alcohol en el carro, cojo cada botella como si se tratara de un producto más sano. Para mí no es nada de otro mundo, pero al parecer, para el señor que pasó por mi lado sí lo es. Me miró sin disimulo, sin ocultar el hecho de que me está juzgando y llamando de todas las maneras posibles, tal vez.

No me importa en absoluto. Me he mirado peor, y me he calificado de las peores maneras posibles. No me afecta que me esté mirando de tal manera.

Le sonrío, me encojo de hombros y sumo tres botellas de vino a la compra. Sonrío más cuando niega con la cabeza.

Incluso, hasta la cajera parece juzgarme. Hace caras mientras escanea los códigos de cada botella, y niega con la cabeza cuando nota que no hay demasiados productos "sanos"

¿Qué les pasa? ¿Acaso ellos van a pagar por mí?

Al llegar al departamento, guardo todo en su correspondiente lugar, me ducho y me alisto para salir hacia el hotel.

Una vez que llego, me encuentro con Aiden apoyado sobre su auto. Está hablando por celular, y lo hace con el ceño fruncido. Aunque bueno, ¿cuando no tiene el ceño fruncido al tener su celular en las manos?

—¡¿Cómo demonios quieres que te trate, Camille?! —lo escucho decir cuando estoy a pocos pasos de él— Eres la peor mujer que hay sobre la maldita tierra, eso te lo aseguro —suspira— Pues bien, sigue con tu perfecta vida. Ya sé lo poco que vales, no mereces a Tyler, y él mucho menos a ti. Espero que el cargo de conciencia te pese demasiado. Suerte con el karma.

Cuelga su llamado, y sus ojos se posan en mí. No es hasta ese momento en que me doy cuenta de que detuve mis pasos para escuchar su conversación.

Por un momento pienso que se va a molestar conmigo, y tendría toda la razón del mundo. Pero a diferencia de ello, su semblante se suaviza y pasa por mi lado sin decir nada. Absolutamente nada.

Me pregunto si ese llamado es el que tanto estaba esperando. Y si es así, ¿por qué tanto enojo? ¿Quién es Camille? ¿Su ex? Oh, ¿y quién será Tyler?

Demasiados interrogantes para mi gusto. Y como sé que no voy a obtener respuestas, lo mejor será desviar mi atención de una vida que no es la mía.

Es hora de empezar el turno laboral.




Creo que nunca deseé el descanso tanto como hoy. Fue un fin de semana movido en el hotel. Muchos hospedados por la temporada, que recién empezó esta semana, por lo tanto esperamos a más gente, y también hicieron un congreso de medicina.

Tú, mi refugioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora