~Capítulo 33~

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Hoy es mi día libre, y en lo que va de la mañana ya he hecho algunas cosas que pensé que ya nunca más iba a retomar. Así que debo decir que me encuentro un poco demasiado orgullosa de mi misma por esto.

Me volví a inscribir en la Universidad, volveré a retomar mis estudios, mis días de clase. Haber vuelto a pisar el mismo edificio donde conocí a Jared revolucionó un poco mis emociones, no lo voy a negar ni mucho menos me voy a mentir.

Pasó. Pero no al mismo nivel que antes, porque hoy creo que soy más fuerte que la chica que estaba con el corazón roto enamorada del chico que la engañó con su mejor amiga.

Jared y Alice quedaron atrás, y el hecho de que estudien en el mismo lugar no me tiene por qué privar de volver a mi rutina. Ya mucho me permití arruinarme por las emociones que su engaño produjo. Ya no más. Es tiempo de sanar por completo.

De camino al departamento, pasé por una tienda de dibujo y pintura y compré todos los elementos que en un momento de crisis arrojé a la basura. Luego pasé por una librería y adquirí tres libros que hace tiempo estoy esperando leer.

No puedo sentirme tan llena de felicidad, tranquilidad y bienestar. No, la realidad es que sí, puedo, lo necesito, me lo merezco.

Y una vez que llego al departamento, abro las ventanas, dejo que entren los rayos de sol, y la leve brisa. Enciendo la radio y pongo música alegre, saco todos los artículos de dibujo, los coloco sobre la mesa de café, me visto cómoda, con el pelo atado en una coleta despeinada, y me entrego, finalmente, a mi imaginación y dibujo todo lo que mi mente me regala.

Sonrío porque había olvidado lo feliz que era al dibujar.

En sí había olvidado lo que era ser feliz.





Mi cabeza se encuentra sobre el pecho desnudo de Aiden. Su mano recorre mi espalda con caricias que erizan mi piel.

Estamos en silencio desde hace unos cuantos minutos. Su respiración es tranquila y profunda, al igual que el ritmo de los latidos de su corazón.

Luego del trabajo vino a verme, cocinamos algo juntos, cenamos, y empezamos a ver una serie juntos. Le conté sobre mi día, se puso loco de contento y son incontables las veces que me dijo que está orgulloso de mí.

Cuando terminamos nuestra charla, nos dimos un baño juntos, y finalmente terminamos en la cama entregándonos al clímax.

Paso mi dedo índice por su pecho y lo miro, está observando el techo, con un rostro lleno de paz. Cuando sus ojos se depositan en los míos, me sonríe y le devuelvo la sonrisa.

Me acurruco más contra su cuerpo, y lo envuelvo con mi pierna izquierda. Juro que no quiero despegarme de él, de su mundo, y creo que la manera fuerte en que lo abrazo lo demuestra.

A Aiden parece no molestarle, ya que no se queja, sólo me deja abrazarlo de la forma que quiero.

Hay días en los que me siento un tanto aterrada y me pregunto qué hubiera sido de mí sin el apoyo y la incondicionalidad de Aiden. Tal vez ahora estaría ahogada en el alcohol. Tal vez no hubiera tenido recuperación. Tal vez sí, pero hubiera tardado mucho.

También me pregunto qué sería de mí si el día de mañana Aiden dejara de ser parte de mi vida por x razón.

Pero cuando ese terror se presenta formulando preguntas y generando millones de sensaciones, sucede algo que en otro momento era algo desconocido, pero que hoy es algo con lo que me estoy familiarizando. Sucede que se me presenta el amor propio.

Tú, mi refugioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora