Saber que Jared y Alice son felices conmigo fuera de foco, me sacude por completo el alma, causando un dolor en mi corazón, como si no hubiera tenido suficiente.
Es algo que no entiendo, que me cuesta demasiado comprender. Es algo tan desgarrador que simplemente prefiero no tratar.
¿Ellos son felices sin mi? ¿A costa de lo que me hicieron? Pues bien, que disfruten de su felicidad. Con todo el dolor del mundo, lo acepto. Y lo hago por la simple cuestión de dejarlos atrás, como ellos hicieron conmigo.
Aunque hay algo de todo esto que rescato. Ya no los quiero. Verlos así me generó una profunda angustia, pero fue la última, no más lágrimas por ellos, no las merecen y yo no las necesito.
Fue tan horriblemente doloroso saber de su traición, y este dolor fue el último. Fue el desencadenante para que ya no los quiera más.
Adiós Jared, adiós Alice. En algún momento los quise, y mucho. Pero ya no, no lo hago más. Hoy les digo adiós, y por ese cariño que alguna vez les tuve, y dejando todo lo que me causaron atrás, les deseo lo mejor.
¿Por qué? Simple; no quiero vivir con rencor, ni odio. Simplemente adiós.
Siento un profundo alivio cuando le cierro la puerta dejándolos atrás, muy lejos mío. Y el alivio completo, es no guardarles rencor. Si viviera con odio hacia ellos, hacia lo que me hicieron, sólo yo pagaría las cuentas de ese sentimiento, y no quiero eso. Suficiente ya tengo con mis días.
Me encuentro en el tiempo de descanso, y decidí salir al patio trasero del hotel. Max se encuentra fumando a pocos pasos de donde estoy, me saluda con la mano y una sonrisa simpática. Le devuelvo el saludo con la mano, pero sin la sonrisa que él usó. Y tras mi antipática reacción, eleva ambas cejas y se pierde en su celular.
Apago mi cigarrillo y cojo la botella de falsa agua. Esta mañana, antes de salir, la cargué con vodka. Aunque bueno, justamente bebo dos tragos como si el líquido no me quemara y fuera agua refrescante de verdad.
Jeremy se presenta en el patio, y Aiden lo sigue desde atrás. Oh, genial. Ambos se suman a Max, y encienden sus respectivos cigarrillos.
Jeremy me observa por breves segundos, luego se encoge de hombros y le dice algo a Max. Es ahí cuando me doy cuenta de que él también me está observando. Luego su atención se desvía de mí, y continúa hablando con Jeremy.
Aiden no me mira. De hecho en ningún momento lo hizo, sólo fuma su cigarrillo y observa la piscina. Luego saca su celular, y le sonríe a la pantalla para luego volver a guardarlo en el bolsillo de su pantalón.
¿Por qué estoy esperando a que me mire?
Niego con la cabeza, y vuelvo a beber el vodka. Creo que voy a seguir implementando esto todos los días, por lo menos así puedo controlar el temblor en mis manos cuando tengo la necesidad de beber y estoy lejos de casa.
Me levanto de la reposera, y para volver a entrar, tengo que pasar por al lado de los chicos. Así que me cruzo de brazos, y observo el suelo cuando paso por donde están. Max y Jeremy mantienen una conversación animada sobre una serie que ambos tienen en común, mientras que Aiden permanece en silencio.
Una vez dentro del hotel, detengo mis pasos y cometo la torpeza de observar hacia atrás. Aiden me observa desde el otro lado del cristal. Hace una mueca con sus labios, y finalmente ese movimiento se transforma en una leve sonrisa.
No hago movimiento alguno, no sonrío, no niego con la cabeza, y tampoco continúo con mis pasos. Quizá esto le da una señal a Aiden, porque frunce el ceño y avanza unos cuantos pasos hacia la puerta.
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Tú, mi refugio
RomanceA Mackenzie le rompieron el corazón. Las personas que menos esperaba, a quienes más amaba y consideraba su familia, fueron los causantes de su dolor. Su mejor amiga y su novio juntos. Desde ese entonces, Mackenzie se siente sola y devastada. Y al n...