Steve debía admitir que era mejor estar allí junto a Bucky que cuando estaba solo en su otra escuela. Había pasado un mes desde su llegada y en ese tiempo, la chica Stark había cruzado palabra con él más de cinco veces, en una de las cuales descubrió que estaba adelantada de grado debido a su intelecto; pero Steve siempre se las arreglaba para alejarse rápido de ella. Hasta la fecha no habían entablado una conversación decente.
Por ese día, las clases para él habían terminado. Bucky aún tenía una clase más, así que tomó la decisión de que le esperaría en el patio de enfrente hasta que saliera. Se sintió cómodo pues solo unos cuantos alumnos estaban fuera en los pasillos rondando por ahí. Salió y simplemente fue a un costado para sentarse en un masetero de hormigón junto a un enorme árbol que dejaba caer su sombra contra una parte de la construcción de la escuela.
Tone había decidido no entrar a sus últimas clases, tenía un proyecto en manos y pensaba que eso era más importante, así que en un momento dado decidió salir y dar una ronda por los pasillos para despejarse un poco, cuando vio una inconfundible cabellera rubia salir del complejo. Fue tras él, pues ahora que estaba desierto alrededor, imaginó que podría abordarlo sin que este encontrara la manera de esquivarle.
—¿Tanto te molesto?
Steve se sobresaltó al escuchar la voz. Giró a su derecha y vio a la chica Stark acercarse a él para sentarse a su lado de manera despreocupada. Steve balbuceó un par de palabras ininteligibles. Cerró la boca y miró al suelo. Supuso que debía ser sincero con ella. Debía admitir que era persistente, aunque, no entendía el porqué se molestaba en intentar a hablarle, si fue que cuando se conocieron en casa de Peggy, no encajaron bien.
—No. —Musitó finalmente.
—Bueno... Es lo que parece, porque cada que te hablo, huyes como si tuviera la peste. —Dijo ella con tono neutro.
Steve se removió incómodo pues esa no era la impresión que quería darle a ella. Se sintió un tonto por haber estado esquivando a la chica, pero no podía evitarlo, pues cada vez que ella se le acercaba, todos le miraban a él como si tuviera la peste.
—Tu...—Steve suspiró antes de continuar. —...Podría acarrear problemas para ambos. —Murmuró.
Anthonie le miró con curiosidad. Observó atentamente el perfil del pequeño rubio, ese mechón de cabello que resbalaba de su cabeza y caía como un flequillo por su frente, pareciéndole adorable.
—No pareces del tipo problemático. —Dijo ella.
Steve se puso de pie abruptamente y se colocó frente Anthonie. Su expresión estaba alterada.
—¡¿No te das cuenta?! —Exclamó. —Cada vez que estoy cerca de ti los demás me miran como una aberración, como si creyeran que no soy digno de hablarte. —Dijo con voz agitada. —Y no lo soy. Pueden molestarse conmigo y ... ya no quiero que...
—¿no quieres... qué? —Le instó la castaña a seguir. Lo cierto era que se sentía mal por el chico, pues no se conocían de nada y no estaba en ella tener que exigirle respuestas, y en ese momento Steve estaba soltando parte de su miedo por presión de ella. —¿Sabes...? Mejor no digas nada. —Dijo Tone poniéndose de pie. —No tienes que decirme nada... yo... Olvídalo.
Steve la vio darse la vuelta y dirigirse al estacionamiento. No muy lejos de ahí estaba aparcado un bonito auto clásico en color morado que pertenecía a la castaña. Steve se mordió con fuerza el labio y llevado por un impulso corrió hacia ella y le detuvo de una mano.
Anthonie alzó su vista al rubio esperando que dijera algo.
—Yo... ¿Qui-quieres ir... conmigo por un helado? —Soltó Steve en un tartamudeo, con su rostro acalorado y sus enormes ojos azules expectantes por una respuesta.
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Es Él (TERMINADA)
ФанфикUniverso alterno. Steve es un chico común y corriente, de complexión pequeña y delgada. Tiene 18 años, perdió a su familia cuando tenía nueve. Vive solo en el departamento que dejó su madre al fallecer. Anthonie Stark, es una chica rica, hija de un...