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Steve se vio tentado en varias ocasiones en salir con ella y hablar. En otras solo quería tomarla del brazo y sacarla a la fuerza, pero no podía hacer tal cosa por razones más que obvias.

Tone se sentía divertida hasta cierto punto. Podía percatarse de lo nervioso que Steve estaba sin necesidad de que él mostrara signos evidentes. Admitía que estaba más que encantada con solo verle, estaba fascinada por los cambios en él; su estatura bastante alta comparada a cuando estaban en la escuela, donde ella era solo un poco más alta; su amplia espalda digna de un hombre que evidentemente trabajaba su cuerpo; ¡por dios! Steve ahora tenía un físico de infarto, y ese rostro dulce que aunque ahora tenía facciones más fuertes, no dejaba de mostrar toda aquella inocencia de la que Tone sabía, le hacía su característica mas atractiva.

Steve se puso de pie tempestivamente, harto de estar siendo fijamente observado por Stark.

—Continúen con su trabajo, regreso en un momento.—Dijo Steve torpemente, saliendo del salón con paso apresurado como si le estuvieran siguiendo.

Todo aquello era demasiado. Era imposible estar en la misma habitación con Tone, con la incertidumbre de todos los detalles de su vida que se moría por saber. Steve quería odiarla, quería aborrecerla tanto, para ser capás de enfrentarla y hacerle ver que las cosas ya no eran como antes; pero vaya que engañarse a sí mismo era muy difícil, entonces menos podría hacerlo frente a ella.

Llegó hasta el baño y directamente al lavabo para poder remojar un poco su rostro. Por unos segundos, Steve sintió que estaba viendo de nuevo a aquel chico enclenque de ocho años que se esforzaba por no llorar cuando se caía mientras corría. Estaba sólo. Bucky no estaba en ese momento para ayudarle a salir de esto.

Exhaló lentamente, deseando que la ansiedad desapareciera pronto de su cuerpo. Sus manos temblaban un poco y su corazón seguía latiendo con fiereza desde que Tone le detuvo en la entrada. Odiaba que su sola presencia le bloqueara todo pensamiento racional; estaban de vuelta como al principio, Steve evitándole mientras ella se esforzaba por hablarle. Pero Steve ya no era aquel chico de dieciocho años que nunca había tenido un acercamiento con una chica.

Al final pensó que quizás estaba exagerando las cosas. Tone no tenia porque poner su vida de cabeza, de nuevo. Él ahora era un adulto responsable y con la capacidad de mantener una conversación decente con aquella chica millonaria que ahora estaba al frente de la empresa de su padre.

Miró su reflejo una última vez, para luego volver a su salón de clase, dispuesto a soportar un momento más de la presencia de ella y luego finalmente hablar sobre lo que sea que ella tuviera que decirle. Sí, era un buen plan para terminar con todo aquello de una vez, era suficiente de torturas por su parte. Ahora que ella estaba finalmente frente a él, aclararían todo y así él podría ignorar de nueva cuenta esos sentimientos absurdos que aún guardaba.

***

Grande fue su sorpresa al volver a su salón, al encontrarse con Tone recargada en su escritorio mientras hablaba con gracias y sus pocos alumnos le rodeaban y reían con las cosas que ella decía.

—¡Oh! Su profesor volvió. —Tone le dedicó una sonrisa coqueta y un descarado guiño.

Steve apretó la mandíbula con molestia. De verdad que necesitaría mucha paciencia con esa mujer.

—Vayan a sus lugares.—Dijo Steve.—Señorita Stark le voy pedir por favor que espere afuera.

Tone no quitó su sonrisa conocedora y camino en dirección a él.

—Solo Tone.—Dijo ella con completa calma.—Vamos, Steve. No actues como si no me conocieras.

¡Pero qué descaro! Steve simplemente no le soltaba un golpe porque él sería incapaz de golpear a una mujer.

Es Él (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora