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La foto de Steve nada que ver xD pero tenia que poner una... quitando las flores supongamos que asi luce al principio xD bueno, ya... disfruten su lectura.

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Steve estaba más nervioso que nunca en su vida. Llevaba alrededor de un minuto parado frente a aquella puerta, con su mano alzada a punto de tocar el timbre, pero sin atreverse a hacerlo. Pensó que era ridículo sentirse así, pues sólo se encontraba allí para hacer una simple tarea de historia. Se mordió el labio y finalmente su mano terminó de moverse para terminar de apretar aquel botón que hizo resonar la campanilla por la enorme mansión. Esperó durante unos segundos y desesperado como estaba, estuvo a punto de volver a sonarlo cuando la puerta se abrió revelando a un hombre alto y rubio en un elegante traje.

—¿Es usted el Señor Rogers?

—S-sí.

El hombre le sonrió amablemente y le hizo pasar.

—Sígame.

Steve caminó tras el hombre aquel, sus ojos enormes intentaban abarcar todo cuanto veía, pues en su vida había visto un lugar tan enorme, limpio y elegante. Estaba encantado por la Mansión Stark, por el decorado sobrio y refinado que se notaba en cada mínimo detalle. Sin embargo, a pesar del encanto, Steve se sintió incómodo en su propia piel; aquello era algo que él jamás había pensado obtener ni en sus más retorcidos sueños, era muchísimo más de lo que podía aspirar. Él no pertenecía a ese mundo de marca. Se mordió la mejilla interior al darse cuenta el inmenso abismo de diferencia entre él y Stark, ahora más que nunca sentía que ser su amigo era una completa estupidez.

Salieron a un patio trasero. Steve se detuvo sobre el brillante y suave césped bajo sus pies que relucía gracias al sol. Sintió unas enormes ganas de dejarse caer al suelo, imaginando que sería más cómodo recostarse allí que en su mullido colchón. Levantó la vista, topándose con el mayordomo que le miraba con un brillo ¿cariñoso? Negó y avanzó de nuevo hacia una construcción rectangular, podía observar una puerta principal de doble hoja, y a sus costados, dos largas ventanas que casi abarcaban hasta lo más alto de la pared. En un extremo, un boquete dejaba ver un tipo taller.

—La Señorita Stark está en el garaje. —Informó el mayordomo.

Steve asintió. Miró al mayordomo alejarse, antes de acercarse al lugar. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver lo enorme que lucía el lugar dónde había múltiples piezas mecánicas regadas por doquier, un auto con el capó hacia arriba y un montón de herramienta alrededor. También había otros autos y una motocicleta completamente de color negro, solo con los rines en color cromado.

—Steve, puedes pasarme aquel dado.* —Señaló la morena desde debajo del auto, hacia una piececita que estaba junto a los pies del recién llegado.

Steve se sobresaltó, se agachó para recoger la piececita y se acuclilló a su lado, entregándosela.

—No sabía que arreglabas autos. —Comentó Steve con sorpresa.

La risita de Tone no se hizo esperar.

—Soy genio, ¿qué esperabas, Steve? —Dijo ella, saliendo finalmente de debajo del carro.

Sus ojos se encontraron y se quedaron viendo fijamente, contemplándose el uno a la otra. La sonrisa de la morena se fue desapareciendo poco a poco y sus ojos simplemente se quedaron atrapados con los de Steve; nunca había puesto demasiada atención a los ojos de los demás, pero los de Steve le parecían tan únicos, de un azul dominante y a la vez tan relajante como el mismo mar, tan comprensivos, tan...

Es Él (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora