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—Tone.—Murmuró Steve entre el beso.

—Sshhh.—Tone se separó de Steve y tomó el rostro de él entre sus manos, acariciando los pómulos marcados del rubio, con adoración. Sonrió y le jaló de la mano para guiarlos a la estancia de su taller.

Steve sentía sus manos sudar. Sentía vergüenza que Tone notara eso al llevarle de la mano, pero a ella parecía no importarle mientras le hacia entrar a su casa en el patio de la Mansión.

Tone le sonrió al rubio, pero al ver la expresión del otro su semblante decayó.

—¿Qué sucede, Steve?

El rubio se mordió su labio inferior y bajó la mirada con nerviosismo.

—Esto... es tan extraño.—Murmuró.—Jamás creí... nunca una chica se había interesado en mí.

Tone sonrió, pero steve no lo notó al estar agachado.

—Eres el prospecto perfecto.—Dijo ella.—Rubio y de ojos azules.

Steve le miró con un poco de molestia. Bufó y se soltó de agarre de Anthonie.

—No tienes idea de lo que es vivir rechazado. No es gracioso lo que dices.—Soltó con molestia.

Tone se quedó un momento sin palabras, pero su voz no tardó mucho en aparecer.

  — Siempre tienes que exagerar mis palabras.— Dijo ella levantando una ceja de forma inquisidora. Hasta cierto punto le molestaba que Steve siempre creyera que quería ofenderlo, era cierto que antes le había molestado un par de veces, no podía evitarlo, pero no por eso tenía que estar a la defensiva cada vez que ella fuera a decir alguna palabra.

Steve suavizó su mirada. Se mantuvo en silencio hasta que éste se volvió incómodo.

—Debo irme, no debí venir en primer lugar. 

Steve se dio y no vio la expresión dolida que marcó el rostro de la morena. Caminó y salió del lugar, no miró hacia atrás pero tenía el deseo de volver o que ella le detuviera,  sin embargo no sucedió ninguna de las dos.

Tone se sintió un tanto devastada. ¿Por qué Steve se la ponía tan difícil? Ella quería estar con el y ya, ¿él no podía entender eso? En realidad ella no se había puesto a cuestionar sobre cuando las cosas cambiaron entre ellos, simplemente sintió el impulso de besarle y si eso pasó fue por una razón, así que simplemente lo aceptaba; claro que tampoco es como si ella fuera de relaciones serias, estaba segura que cuando se enfadara de Steve las cosas volverían a la normalidad. Era algo cruel que pensar aquello, pero siempre había sido así, así era ella.

Se acarició el largo cabello castaño mientras pensaba. Suspiró y al igual que siempre no fue necesario tanto pensar. Corrió fera y luego hacia la mansión.

  — ¡Jarvis! ¡Jarvis!

— ¿Sí, señorita?

Tone dio un salto, asustada por escuchar tan cerca la voz del mayordomo.

— ¡Carajo, Jarvis!— Marscullo.— Qué susto. Como sea. ¿Dónde está Steve?

Jarvis sonrió casi imperceptiblemente.

— Acaba de salir.

Tone se largó a correr para darle alcance, cuando salió a la calle se sorprendió al ver que Steve ya había avanzado un buen tramo de camino.  Le hizo gracia su pequeña silueta, pero no tanto como tener que correr para alcanzarle, era un asco en actividades físicas.

***

Y allí estaban de nuevo en la mini-mansión de Tone. Steve sentado en un taburete en la isla de la cocina y Tone del otro lado, ofreciéndole un vaso de agua. Steve lo tomó y bebió con calma, sin levantar su mirada hacia su amiga.

Es Él (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora