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Ocho años después

Ocho años después

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N

ota: Steve no lleva barba, solo que esa foto en traje es la única que tenía en mi cel. Disfruten su lectura. :)

Tal como Steve lo prometió aquel día, continuó si vida. Él y Bucky se habían mudado a Brooklyn y rentaban juntos un apartamento. El mayor se había enlistado en el ejercito donde le había ido bastante bien y se había ganado el rango de Sargento.

Steve vivió preocupado por su amigo cada vez que le llamaban a misiones, pero aun así sabia que no podía quedarse esperando por él. Steve había tomado un curso de fotografía y Arte. Por las mañanas daba clases particulares a diferentes personas y por las tardes se dedicaba a fotografiar todo aquello que le gustara; eso último le había traído un incentivo mas, pues sus fotografías a veces eran compradas por sus vecinos u otras personas que llegaban a él por recomendación.

Hasta la fecha él no había dejado de pensar en Tone. Sus noches y sueños siempre estaban llenos de recuerdos de ella y sus días eran fríos y difíciles. En algún momento intentó olvidarla, pues el tiempo se había escurrido de sus manos y ella simplemente continuaba sin dar señales de vida. Había tenido una entretenida relación con una sobrina de Peggy, Sharon Carter, pero simplemente las cosas no funcionaron para nada. La rubia sabía que no podía competir con los sueños del otro; el corazón de él pertenecía a alguien más.

Steve estaba a punto de llevar su taza de café a su boca, cuando su celular sonó. Chasqueó su lengua en señal de fastidio antes de llevar el aparato a su oreja.

¿Steve Rogers?

—Sí, el habla.—Dijo en medio de un discreto suspiro.

Me han dado muy buenas referencias de usted respecto a la fotografía. ¿Cree que podría presentarse mañana a Industrias Stark para una prueba?

El cuerpo de Steve se heló súbitamente. Sabía por las noticias y algunas revistas que la empresa de Howard seguía en pie por uno de sus socios, Obadiah Stane. Sin embargo oír aquel apellido le había sentado como balde de agua fría.

—¿Señor Rogers? ¿Sigue allí?

—Ah... Sí... Yo no... Sí.—Cerró los ojos y sostuvo entre sus dedos el puente de su nariz.—Sí. Es una gran oportunidad. ¿A qué hora debo presentarme?—Dijo ya más tranquilo y con voz firme.

¿Le parece bien a las diez?

Sí, por supuesto. Estaré ahí. Adiós.—Steve suspiró, sintiéndose abrumado. Se había prometido no crearse falsas esperanzas, pero seguía siendo un completo iluso; su subconsciente seguía aferrado a la idea de que en algún momento ella volvería con él.

Es Él (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora