Parte 3

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Cuando le dije a mis padres que Emmica me había invitado a su casa para pasar la noche no les pareció muy bien y cuando Ali iba a decir algo la mire para que recordara que sabia su secreto y se zampo un trozo de carne en la boca, al final mis padres me dieron permiso, me sentía un poco culpable por mentirles de esa forma pero no era todo una mentira solo no les había contado lo de la fiesta, eso no era mentir del todo ¿o sí?

Con Emi habíamos quedado en que el viernes llegue a su casa a eso de las tres de la tarde para que nos alcancemos a arreglar y la verdad la fiesta comenzaba a las diez teníamos muchísimo tiempo para arreglarnos pero ella insistió, mis padres me irían a dejar a la puerta de su casa.

El jueves cuando llegamos a casa con Ali nuestros padres nos tenían una gran sorpresa.

-creemos que ya están grandes y luego de hablarlo con Patrick hemos llegado a que ya pueden tener sus piezas separadas-dijo mama sonriendo, nosotras nos quedamos mirándolos un minuto entero en silencio.

-¿es enserio?-a veces creía que nuestra capacidad para hablar al mismo tiempo era un don

-claro que si, ustedes se tienen que poner de acuerdo en cuál de las dos se va a mudar de cuarto y sin peleas.

Después de eso las dos nos lanzamos a abrazarlos y al final decidimos que sería yo la que se quedaría con la nueva pieza y Ali con la que compartíamos, esto era como independizarse era genial.

Nos pusimos de acuerdo y el domingo por la mañana me ayudaría a cambiarme.

­el viernes Emmica no se presento en la academia la verdad eso me desilusiono mucho tal vez ya no iría a la fiesta o que se yo, para la hora del almuerzo ya estaba aburrida me había acostumbrado a reírme de las demás con ella.

Por suerte cinco minutos antes de que tocara la campana anunciando mí libertad recibí un mensaje de texto.

"te espero en mi casa como acordamos ya sabes la dirección, no vemos-Em."

Y así mis nervios surgieron, ¿qué me pondría, les agradaría?, ¿me aburriría? Todas esas dudas rondaban por mi cabeza e incluso cuando me baje del auto aun estaban. La casa de Emi era gigante, y no dudaba en que en el patio trasero se encontrase una piscina, a penas toque el timbre la puerta se abrió y apareció una Em de mejillas sonrosadas.

-hey, pensé que no vendrías pasa- La casa era tan linda por dentro como lo era por fuera.

-permiso-dije una vez dentro y Emmica rodo los ojos.

-no estamos en la academia, no es necesario las formalidades.

-lo siento es la costumbre, que linda casa.

-si como sea, subamos a mi habitación.

Las escaleras eran anchas como la de los castillos de las princesas, y su cuarto estaba pintado de un tono morado oscuro casi negro.

-y que trajiste, yo tengo pensado en usar eso de ahí-dijo apuntando a una prendas que estaban por encima de la cama, pose mis ojos por las mini faldas y los top que no cubrían ni el ombligo y me escandalice, yo solo había traído unos jeans ajustados de color negro y una polera de manga larga sin escote.

-¿t-te pondrás eso?-dije apuntando-¿no es demasiado revelador?-la verdad yo jamás usaría ese tipo de ropa.

-amm, si supongo pero no se aun si usar la falda café o la negra, o que top y tú que trajiste-ella fue a poner algo de música en el equipo y luego se acomodo en un sillón que estaba junto a la ventana.

perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora