perdición

Parte 8

El domingo por la mañana a penas me levante revise mi móvil, tenía un mensaje de Adam me había llegado a las cuatro de la mañana.

*espero que estés bien, me gustaría que saliéramos la otra semana, hazme saber qué día puedes, nos vemos-Adam*

Automáticamente sonrisa se ensancho, él quería salir conmigo.

*el viernes puedo, espero tu también-isa*

Recibí mi respuesta casi al instante.

*¿Ya despierta?, y espero el viernes con ansias, isa- Adam*

Solté un chillido de felicidad.

*debo hacer unas cuantas compras, me he cambiado de habitaciónJ, yo igual lo espero con ansias-isa*

*¿De habitación?-Adam*

*si antes la compartía con mi hermanaL-isa*

*eso debe sentirse como cambiarse de casaJ-Adam*

*si jaja algo así, tú tienes tu departamento y yo mi habitación sola-isa*

*jajaja, supongo que es cómo lo mismo, oye debo ir a trabajar, te hablare más tarde- Adam*

*estaré esperandoJ-isa*

No recibí respuesta, no sabía que estaba haciendo... bueno el era guapo y me quería conocer mejor, y Emmica estaba de acuerdo, debía hablar con ella.

Fui directo a la cocina, mi padre estaba sentado con una taza de café en las manos y mi madre estaba sentada junto a él tomando lo que parecía un agua de yerbas.

-buenos días queridos padres-dije besando a cada uno en la mejilla.

-manzanita, veo que estas de buen humor hoy.

-bueno papa, tengo habitación nueva hoy me iré de compras y aparte es domingo, por supuesto que estoy de buen humor.

-me alegro hija, hable con tu hermana me conto que irán de compras puedes utilizar el auto pero con responsabilidad pequeña-dijo mi madre, este día mejoraba cada vez mas.

-gracias, ¿donde está Alison?-dije mirando a mis espaldas.

-fue a trotar, salió hace un rato.

-aaa

-hija ¿vas a necesitar dinero?

-no, gracias tengo de mis ahorros.

-nada de eso, Isabela yo te daré dinero usa el tuyo para otra ocasión.

-pero...

-manzanita no discutas con tu madre.

-los adolecentes suelen tener discusiones porque los padres no les dan dinero no al revés-dije riendo.

-me alegra que no seas como los demás adolecentes, toma desayuno hija.

-si mama.

-hija mañana tienes la hora con la psiquiatra, no te olvides mi vida-claro, como olvidarlo.

-no sé porque sigo yendo, no me ha dado un ataque hace cuatro meses y estoy bien-mi papa dejo de comer y me miro.

-hija, mejor prevenir que lamentar, no queremos que nada pase nuevamente y para tu bien es que tienes que ir cada mes-sonreí

-bueno, es en la mañana cierto ¿me irán a dejar?

-si, tu mama te va a acompañar.

Para la hora del almuerzo Alison y yo salimos a comprar a una de las tiendas de adornos del centro comercial.

-te gusta esto-dijo Ali a mis espaldas, me voltee y vi una especia de alfombra marrón que la verdad parecía trapero.

-Ali eso es horrible

-mmm tienes razón iré por otra cosa.

Unas tres horas más tarde estábamos sentadas en un restorán de comida rápida, el maletero del auto estaba casi lleno de adornos y ropa linda que nos gusto a ambas.

-Ali-dije algo insegura, debía hablar lo que paso con Adam, solo esperaba que mi hermana me apoyase.

-mm...-tenia la boca llena.

-hay algo que te quería contar, pero debes prometer que no se lo dirás a nadie-ella trago y me miro.

-¿estas embarazada?-dijo apresuradamente-mierda Isabela si estas embarazada...

-¡¿Qué?¡, ¡no!-ella se relaja un poco- ¿Por qué piensas eso?

-no lo sé, pero dime ¿Qué pasa?

-¿prometes no decírselo a nadie?

-mierda lo prometo, pero ya dime

-es que... el viernes en la noche Salí a una fiesta...

-y...-dijo impaciente.

-bueno... me bese con un chico-ella suspiro y rio.

-pero eso no es nada grave...

-es el hermano de veintidós años de Emmica y ayer por la mañana lo volví a besar y me quiere conocer mejor-la mire y me desinfle como un globo.

Abrió la boca para decir algo pero la volvió a cerrar y así nuevamente.

-espera ¿Qué?

-que bese al hermano...

-ya te escuche, espera... el tiene veintidós y tu solo diecisiete, isa te lleva por cinco años-dijo en reproche.

Yo la mire y me tape la cara con las manos

-seguro es un viejo verde y...

-¡Ali! Tiene veintidós no cuarenta y cinco-dije mirándola con el seño fruncido.

-es guapo si quiera-dijo con una media sonrisa y yo volví a taparme con las manos y a negar con la cabeza riendo.

-esta jodidamente guapo, Ali...

-¿así de guapo?-la mire y ella tenía una sonrisa divertida.

-sí, definitivamente así de guapo.

-bueno, ¿entonces por qué te haces tanto drama?, tu lo encuentras guapo y seguro él a ti igual por algo te quiere conocer "mejor"-eso ultimo lo remarco mas- ¿Emmica no está de acuerdo?

-ella si está de acuerdo, hasta ya me dice cuñada...

-¿y cuál es el problema?

-¿crees que deberíamos conocernos mejor?

-bueno... tú dices que es muy guapote y a Emmica no le molesta-se encogió de hombros y levanto las manos- así que, Yolo.

-es que hay otra cosa...

-¿tiene un cuarto rojo del dolor?-le tire una papa frita y ella rio.

-idiota, no

-¿cuál es la otra cosa?

-y si me da un ataque de pánico frente de él y piensa que estoy loca...-baje la mirada.

Sentí como mi hermana me tomo de la mano.

-hermana, aunque eres adoptada sabes que te quiero mucho, no debes avergonzarte nunca de eso, nunca-la mire y ella me sonreía-lo que paso fue algo muy chocante para ti a parte ¿hace cuanto no te da uno?

-cuatro meses

-vez, tal vez ya no te darán más.

-y si me dan nuevamente.

-si te dan nuevamente y el te manda al carajo por eso le corto las pelotas, a parte recién se conocen tal vez ni te guste más a delante, quien sabe.

Suspire, mis ataques de pánico siempre han sido un tema muy importante para mí, y lo causante de ellos es algo que siempre llevaría conmigo.

-te quiero, eres una maldita perra a veces pero te quiero- es cierto que la odiaba pero no sabría qué hacer si no estuviera conmigo.

-siyo también-se metió una papa a la boca- yo también me quiero.